El 2023 llega a su fin con una nueva derrota para el presidente Macron y su gobierno minoritario. El voto de una moción de rechazo previa ha impedido el paso del muy reaccionario proyecto de ley sobre inmigración, presentado por el titular de interior Gerald Darmanin. 270 diputados han votado esa moción, y 265 en contra.
En consecuencia, el proyecto ha sido retirado. Darmanin ha presentado su dimisión, que no ha sido aceptada por el jefe del Estado, ninguneando una vez más el voto de la Asamblea Nacional.
Desde su llegada al poder en las presidenciales, Macron minoritario en el parlamento gobierna a base de decretos, utilizando el recurso al artículo 49,3 de la Constitución Francesa de forma permanente. Su reforma de las pensiones y todas sus leyes antisociales y antiecológicas, han pasado gracias al voto o la abstención de la extrema derecha.
El Parlamento ha sido paralizado y remplazado por el poder absoluto del «presidente monarca». Esa perversidad de la Constitución de la Quinta república fue calificada un día por un tal François Mitterrand de «golpe de estado permanente». Es simplemente la negación de la democracia parlamentaria.
Sin embargo, este 11 de diciembre, el voto de una moción de rechazo previa presentada por cuatro grupos parlamentarios ha impedido en esta ocasión la presentación del proyecto de ley sobre inmigración.
La pregunta que los desesperados editorialistas fieles al poder en la prensa dominante se hacen hoy es: ¿Por qué el RN ha impedido esta vez el paso del proyecto macronista, cuando hasta ahora han apoyado a Macron con su voto o su abstención?
No cabe duda de que hay un cálculo político, pues el proyecto Darmanin (el más «duro» presentado por la derecha en los últimos treinta años, según sus propias declaraciones) aunque impregnado del lenguaje demagógico del RN, por razones obvias de «pragmatismo gubernamental» no va hasta las últimas consecuencias que exigen los neofascistas.
Macron y su gobierno han jugado a aprendices de brujo y al convertirse en cómplices de la propaganda anti inmigración de la ultraderecha, ahora han pasado a ser rehenes de ese Partido neofascista que espera llegar al poder en las próximas elecciones, sean anticipadas o no.
El voto del RN tiene un significado muy claro: la ultraderecha es el único, seguro de vida de que dispone Macron.
La derecha LR («los republicanos» el antiguo RPR)) se encuentra hoy desgarrada entre posiciones idénticas a la ultraderecha y cálculos políticos partidarios frente al inconsistente partido de Macron «Rennaissance). Mayoritario en el senado el LR reclama una versión aún más derechista que el proyecto Darmanin.
Del No al fascismo a la bandeja de plata
Mal elegido para «impedir» el paso de Le Pen, Macron es hoy el mejor agente de la ultraderecha neofascista en Francia. Tanto por su política económica y social, su política represiva policial y judicial, como por haber facilitado la instalación de poderosos medios de prensa, radio y televisión, como el grupo Bolloré, que desinforman y destilan opiniones neofascistas, xenófobas y calumnias por doquier, que en este país hasta hace poco eran perseguidas por la justicia.
En la cadena de televisión LCP, Nadia Hai diputada del grupo parlamentario Rennaissance (macronista), debatiendo con un diputado del neofascista RN (Unión Nacional) sobre el proyecto de ley sobre la inmigración presentado por el ministro del interior Gerald Darmanin, ha declarado: «Es el proyecto que siempre habían deseado ustedes desde hace cuarenta años y se lo hemos ofrecido en una bandeja de plata, con cerca de 280 enmiendas del RN, pero han votado para impedir el debate».
La confesión publica de esta diputada macronista prueba, si falta hacía, que Darmanin y su presidente han hecho todo lo posible para favorecer las tesis xenófobas y demagógicas del RN en materia de inmigración, pero por un cálculo político evidente los neofascistas han preferido advertir a Macron que el original es siempre mejor que la copia.
Tal declaración, como los elementos de lenguaje utilizados por los miembros del gobierno en las últimas 72 horas, subrayan de forma escandalosa que «el Parlamento se ha negado a debatir el proyecto».
Olvidan sin embargo que el gobierno de la primera ministro Elisabeth Borne, gobierna desde su investidura sin mayoría parlamentaria y ha aplicado ya el 49,3 en veintiuna ocasiones, para impedir el debate y el voto de ese mismo parlamento. Este jueves Elisabeth Borne ha utilizado de nuevo el decreto 49,3 para hacer pasar otro proyecto de ley.
La demagogia abyecta del debate sobre la inmigración
Darmanin y Macron han fracasado pues en su tentativa de inundar el debate político en los próximos meses con el demagógico tema de la inmigración y la seguridad.
En general esa sopa rancia y abyecta nos la sirven siempre en vísperas de elecciones, pero la crisis de Macron es hoy tan profunda, apenas un año y medio después de su frágil reelección que lanza falsos debates y promesas fumigando confusión en todas direcciones para mantenerse en el poder.
Cualquier economista, historiador o analista político serio les dirá que «la emigración como chivo expiatorio de todos los males de la sociedad, o la amalgama entre inmigración y delincuencia» es un viejo caballo de batalla del neofascismo, aquí como en el mundo entero.
La realidad histórica, sociológica, económica y científica es sin embargo que la inmigración ha sido siempre un motor de progreso económico en nuestra sociedad contemporánea.
Si el proyecto Darmanin, impregnado insisto de elementos de lenguaje ultraderechistas, no va tan lejos como pretende el RN, es simplemente porque tal posición es económicamente utópica, socialmente xenófoba y políticamente muy peligrosa.
Los elementos de lenguaje de la prensa dominante y del poder macronista se han apropiado esa demagogia ultraderechista que consiste en ver al inmigrante como un peligro y como un problema, pero lejos de ser un problema, la inmigración siempre ha sido y será para el sistema capitalista y su desarrollo una solución. La patronal ha utilizado siempre la inmigración para reducir costos salariales. Un fenómeno que se ha multiplicado aún más con la mundialización.
A este respecto les invito a leer y traducir en todos los idiomas la excelente nota de Aurelie Trouvé, diputada LFI, y Adrien Clouet publicada por el Instituto La Boetie: «Francia gracias a la inmigración / Terminar con las falsas ideas sobre el costo de la inmigración», en el marco de la actividad del Instituto La Boetie (Fundación Insumisa)
