El Gobierno de Estados Unidos ha devuelto el juego de ajedrez que perteneció al exdictador iraquí Saddam Hussein (1937-2006) y que fue robado tras la invasión de 2003.
La embajada estadounidense en Irak dio a conocer la noticia en las redes sociales informando de que el juego fue devuelto el sábado 2 de septiembre de 2017, cuando le fue entregado al viceministro para Antigüedades y Patrimonio, Qais Rasheed.
El ajedrez, cuyos trebejos simulaban dos ejércitos, formaba parte de un total de 200 artículos que fueron robados de los distintos palacios con que contaba el expresidente iraquí en Bagdad. El juego fue recuperado por la Oficina Federal de Investigación, el FBI, aunque no ha dado detalles al respecto.
Estados Unidos se ha comprometido a ayudar a devolver las piezas y demás materiales históricos que hayan sido robados. Ya en 2015 fue entregado material procedente de Estados Unidos, Italia y Jordania. Hace escasas semanas Egipto entregó a las autoridades iraquíes, 44 monedas antiguas de la época de los reyes Faisal I (1883-1933) y II (1935-1958) y Ghazi I (1912-1939), que habían sido sustraídas.
Hussein era aficionado al ajedrez e incluso celebró una partida viviente utilizando para ello a soldados de su ejército. También quiso celebrar el campeonato mundial de 1996 en Irak, siendo apoyado por el entonces recién nombrado presidente de la federación internacional de ajedrez (FIDE) y presidente de la república rusa de Kalmukia, Kirsan Ilyumzhinov. Finalmente se jugó, paradójicamente, en la capital de Kalmukia, Elistá. Este apoyo a dictadores es habitual en este personaje, jugó con el dictador libio Muamar Gadafi (1942-2011) poco antes de su derrocamiento y mostró su respaldo al presidente sirio, Bachar Al Asad.
En 2003 tras la invasión de Irak, el Consejo Internacional de Museos lanzó un mensaje urgente de advertencia contra el contrabando de antigüedades tras el asalto y rapiña del Museo de Bagdad que supuso la pérdida en 48 horas de más de 15 000 objetos de arte y de todo tipo, desde vasijas, esculturas, amuletos asirios…..
Poco a poco las piezas sustraídas fueron apareciendo en subastas, muchas de ellas vendidas por contratistas, soldados y empleados de Estados Unidos que estuvieron en Irak que los tomaron como trofeos de guerra.
El contrabando en el mercado negro de antigüedades procedente de Irak y Siria le supone al grupo terrorista Dáesh un total de unos cien millones de dólares anuales (84 millones de euros), según el Wall Street Journal.