Una patera, un cayuco ha llegado a la costa peninsular o insular canaria. Dentro, un apretujado cargamento humano de viajeros sin visado turístico, mucho menos contrato de trabajo que vienen con lo puesto en busca de Eldorado por la puerta de la Vieja y Rica Europa, el modelo que les ha llegado de oídas. Otros se quedaron en el camino sin que pudieran sobreponerse al susto mortal de su primer encuentro de sopetón con la fiera, inmensa bravura de ese elemento totalmente desconocido para ellos que es el mar.
Foto: Andrés Carrasco Ragel. Tarifa (Cádiz). Dos subsaharianos en el puerto de Tarifa tras cruzar el Estrecho en patera. Uno lee la Biblia mientras el otro descansa.
No son bien recibidos. Se les ponen cuchillas afiladas en altas rejas para que franquearlas les cueste desangrarse en el intento. En fechas recientes, una patrulla de la Guardia Civil la emprendió a tiros de fuego real contra los inmigrantes que intentaban alcanzar torpemente a nado la costa. La “justificación” que dio la autoridad gubernativa es que podían llegar a suponer una “amenaza”. Ay, Señor.
Cosas veredes. Si de algo no cabe duda es que llega lo mejor de cada casa: los más valientes, los más osados, los más emprendedores, los más imaginativos, los más solidarios… ¡Justo lo que la Vieja Europa necesita!
Los dos hombres que muestra el fotón de Andrés Carrasco Ragel son la esperanzadora estampa del país más tolerante que este fotógrafo gaditano, premio Ortega y Gasset 2002, pidió en el acto de entrega del galardón por su trabajo: ‘Que todos seamos más tolerantes y apoyemos a las personas que vienen a vivir a un país mejor’.
Exhausto de la procelosa travesía, el chico de la derecha repone fuerzas arropado con la manta que voluntarios de la Cruz Roja Española –la otra cara de la moneda de la actuación implacable de las fuerzas de Seguridad– le han dado. Lo primero, primero: una manta, un techo, comida. No busquen cascos o auriculares en su cabeza, pues no está escuchando música, sino simplemente descansando, reponiendo fuerzas… para la cierta deportación a su país, donde de nuevo se pondrá a ahorrar dinero para un nuevo intento.
Ocupado, y mucho, sí está el hombre del la izquierda en la foto. Una vez abrigado y a cubierto, lee una Biblia en inglés, concretamente un ejemplar de la versión popular Nueva King James editada por Nelson Publishers en 1982 y de la que se llevan vendidos más de 60 millones de ejemplares en los últimos 30 años en todo el mundo. El lema de cabecera de esta edición no puede venirle al atentísimo lector más ad hoc: “Built Your Life oin It”, “Construye tu vida sobre ella”.
Foto: Andrés Carrasco Ragel. Tarifa (Cádiz). Dos subsaharianos en el puerto de Tarifa tras cruzar el Estrecho en patera. Uno lee la Biblia mientras el otro descansa. (Detalle).A juzgar por donde está leyendo en la abigarrada, minúscula tipografía Times cuerpo 6 de su bien gastada Biblia, podemos afirmar casi con total seguridad que anda por los Evangelios. Quizá esté leyendo en el primer capítulo de Lucas el Magnificat de María, donde la madre de Jesús dice del hijo que va a tener:
“Con la fuerza de su brazo
destruyó los planes de los soberbios.
Derribó a los poderosos de sus tronos
y encumbró a los humildes.
Llenó de bienes a los hambrientos
y despidió a los ricos con las manos vacías.”
(Lucas 1:51-53, versión La Palabra, Sociedad Bíblica).
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Desconocido amigo
Un poema de Rafael Roca*
Desconocido amigo de otra tierra,
Tal vez, de otro color o de otro acento,
Extenuado por el desaliento
De la opresión brutal o de la guerra.
La pobreza, que toda puerta cierra
El acceso al elemental sustento,
O las promesas, que se lleva el viento,
de quien a su seguridad se aferra.
Han hecho perceptible en tu semblante
La soledad. Pero hoy me eres cercano
Y aunque distinto, pero no distante.
Quiero estrechar mi mano con tu mano
Y, haciendo nuestra relación constante,
De todo corazón llamarte hermano.
* Publicado en Puerta Abierta, periódico de la Primera Iglesia Bautista de Madrid, invierno de 2010.
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