Explicas de buena mañana lo que tenemos que desarrollar. Nos provocamos con transformaciones que nos alegran y nos hacen gracia.
Nos vivimos. Nos relacionamos. Nos santificamos con unas premisas que nos asaltan con superaciones de los acuerdos. Ya no hay dudas. Nos integramos.
Nos complicamos, igualmente, sin riesgos. Brillamos con diferencias que nos acercan. Aprendemos con lo que sucede. Hemos conseguido divertirnos.
Llegamos a lugares que nos implican en lo correcto. Hemos de llamarnos amigos porque lo somos. Nos marcamos el equilibrio. Tenemos paciencia.
Nos optimizamos. Nos hemos repartido garantías con las que crecemos y nos multiplicamos. Nos hemos de decir mucho.
Los procesos nos consideran en espacios que reflejan lo que fuimos y lo que esperamos volver a ser. Cubrimos los trechos que quedan, y así nos sentimos unidos. Nos autorizamos a vivir, y seguimos. La gratitud es infinita.