La formación del nuevo gobierno del presidente Emmanuel Macron, con el conservador Edouard Philippe (representante del ala moderada Jupeista de los republicanos) como primer ministro y de sus dieciocho ministros[1], es sin duda una hábil jugada política en vísperas de las elecciones legislativas de este mes de junio, en las que el jefe del Estado espera obtener una mayoría presidencial en el parlamento.
La formación del gobierno Macron ha dejado claro a mi entender que el nuevo presidente no es un político de izquierdas, sino más bien el portavoz de una derecha “moderada” o “centrista” que se autocalifica como progresista y que intenta crear un nuevo partido: La Republica en Marcha sobre las ruinas de los dos grandes partidos tradicionales: los Republicanos y el Partido Socialista en plena crisis.
El asentamiento de una fuerza política electoral de extrema derecha “desdiabolizada”, alimenta la crisis en la derecha tradicional, mientras que el importante crecimiento del movimiento de izquierdas Francia insumisa, apoyado en las movilizaciones sociales contra la ley trabajo, han puesto de manifiesto la derechización de la política de Hololande / Valls / Macron en la precedente legislatura.
Una inmensa mayoría de franceses celebra la derrota de Marine Le Pen y de su aventura xenófoba en la elección presidencial. Sin embargo, el 80 % del cuerpo electoral no se ha adherido al programa presidencial de Macron. La composición de su gobierno con personalidades políticas que vienen del centro, de los Republicanos, de la derecha socialista, del movimiento ecologista como Nicolás Hulot, y buen número de hombres y mujeres de la sociedad civil, muestra su clara intención de construir una nueva fuerza política, más en la tradición del Partido Demócrata norteamericano, que de los partidos tradicionales franceses y con una loable aunque moderada “moralización” de la vida política.
Las elecciones legislativas nos darán la respuesta sobre la eficacia de esta hábil maniobra política, que un tal Manuel Valls había soñado y que Macron ha logrado realizar. La tercera vuelta de la elección presidencial se juega en junio en el voto por la representación parlamentaria. Elecciones en las que tanto la extrema derecha en la Francia más conservadora, como Francia insumisa a la izquierda del Partido socialista jugarán un papel fundamental.
En términos de comunicación política y de voluntad de “rassembler” o reunir a una derecha moderada y centrista, Macron ha marcado puntos con la formación de su gobierno, que busca debilitar tanto a los republicanos como a los socialistas. Sin embargo, la asignatura pendiente es su programa tanto a nivel europeo, como económico y social, y la lucha contra el desempleo. Su amenaza de gobernar por ordenanzas ha provocado ya una intensa movilización social y sindical, que encontrará sin duda una expresión en las elecciones legislativas venideras.
De ese resultado dependerá el futuro de esta agotada Quinta Republica, cuyas instituciones sufren de una ausencia evidente de legitimidad democrática, con los super poderes de un Presidente monarca, que anula en la realidad el contrapeso del poder legislativo.
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http://periodistas-es.com/macron-nombra-un-primer-gobierno-de-irreprochables-86051