En la obra dirigida por el historiador Xosé Manoel Núñez Seixas Historia mundial de España (sobre la que escribí ESTO), el artículo titulado ‘350 a.C. El sepelio de la Dama de Baza’, escrito por el también historiador Jorge García Cardiel, analiza la importancia de la mujer en la Antigüedad ibérica (ibera primordialmente). Podemos leer allí:
«¿Quién era ese personaje al que acaban de homenajear de esa forma sus deudos? Una mujer. Para sorpresa de especialistas y legos, las analíticas practicadas han evidenciado que los restos incinerados pertenecieron a una mujer de entre veinte y treinta años. Y decimos sorpresa porque, para la historiografía tradicional, centrada ante todo en la figura del varón a través de las épocas, este descubrimiento fue todo un golpe de atención, aunque se trate de un hecho perfectamente coherente con su contexto.
Estamos en la época en la que se consolidaron los linajes aristocráticos locales en el mundo ibérico. Linajes, no jefes. Y, de hecho, diferentes estudios, tanto los practicados en torno a la distribución cronoespacial de las tumbas en las necrópolis ibéricas como los que estudian la circulación de las joyas y demás signos de distinción entre las élites, evidencian que la mujer habría desempeñado un papel primordial en la transmisión del prestigio, del capital simbólico en el seno del linaje.
Las mujeres no solo se encargaban de las tareas domésticas y de parir a la nueva generación, como tantas veces se ha asumido; encarnaban el prestigio del pasado, de la continuidad de la educación, el ethos y la cultura grupales. La iconografía del siglo tercero antes de Cristo destacaba su papel como transmisoras de los mitos de la comunidad, de aquellos recuerdos colectivos cuyas enseñanzas daban sentido ontológico al presente. Tenía lógica pues que los miembros de un linaje brindaran semejantes honores a la joven matriarca y sublimaran su memoria cubriéndola de ofrendas, porque la memoria de la difunta iría unida al prestigio de sus hijos, esposo, hermanos y cuñados de ambos sexos»
No sé por qué he querido creer que todo esto está de alguna manera relacionado con lo que dijera en julio de 2019 el paleoantropólogo Juan Luis Arsuaga en una entrevista para La Vanguardia que le hizo Víctor-M. Amela titulada ‘Hacer caso a mamá preservará a la humanidad’.
Arsuaga y Amela hablan sobre si habrá o no un apocalipsis…
– Juan Luis Arsuaga: La cosa es muy elemental: ¿a ti qué te dijo tu madre cuando eras pequeño?
– Víctor-M. Amela: Que fuese buena persona.
– JLA: ¿Lo ves? Hacer caso a nuestra mamá es lo que preservará a la humanidad.