La Transición es el periodo durante el cual se sustituyó en España, desde 1975, el régimen dictatorial del general Francisco Franco por un Estado social, democrático y de Derecho. Un proceso que pactó el futuro mediante una reconciliación que asimilaba y explicaba el luctuoso pasado reciente al mismo tiempo que creaba un sistema político esencialmente idéntico al vencido en la Guerra Civil.
Lo que se produjo fue consecuencia de los acuerdos adoptados entre los aperturistas provenientes de la dictadura, encabezados por Adolfo Suárez, y los líderes de la oposición, así como de la presión moderadora y racionalizadora ejercida desde abajo por una sociedad civil en movimiento desde el tardofranquismo.
Fue un frenético recorrido en el que destacó la decidida actitud democrática e irreversible de sus más relevantes dirigentes, entre ellos el sucesor de Franco, el rey Juan Carlos de Borbón. Se produjo una interactuación de fuerzas reaccionarias y revolucionarias, las menos, pero sobre todo reformistas, en medio del riesgo evidente de una degeneración violenta que diera al traste con las previsiones de los reformistas, una crisis económica mundial y el terrorismo de los nacionalistas radicales vascos.
Cabe destacar el temor de los demócratas a la represión por parte de los rescoldos dictatoriales, debido a la perdurabilidad de muchos órganos del Estado franquista, en especial en el Ejército.
El proceso de transición desde la dictadura hasta la consolidación de la democracia en España se completó el 28 de octubre del año 1982, cuando tuvo lugar la victoria electoral del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) . Con ese triunfo en las urnas, y con el ejercicio práctico del poder a cargo de los principales herederos de los derrotados en la Guerra Civil, las incertidumbres a las que el proceso transformador todavía no había puesto fin se redujeron a su mínima expresión.