La vida de Anna (2016), película protagonizada por Ekaterine Demetradze, es el debut de la directora georgiana Nino Basilia en la dirección de largometrajes de ficción. Nino Basilia se había especializado hasta el momento en documentales sobre el paso del socialismo al capitalismo en su país, Georgia. Con La vida de Anna, estamos ante un drama social con el que la directora ha querido hacer una película «que reflejase la vida y los sueños de los jóvenes que viven hoy en día en Georgia y que luchan día a día para mejorar sus condiciones de vida.»
Ha acertado de pleno. La vida de Anna es una película que se ve muy bien porque no pierde nunca el hilo de la intriga sino que, muy al contrario, ésta se intensifica y retroalimenta más y más a medida que avanza la acción. Tanto, que el espectador no puede apartar los ojos de lo que está viendo y es llevado de una sorpresa a otra sin cansancio. Anna tiene una reacciones absolutamente imprevisibles, “locas” diríamos si no comprendiéramos la situación por la que está pasando. Es una madre con cuerpo de niña atrapada en un deber y unos afectos pero con muchas ganas de diversión. Tanto que, a pesar de tratarse de un drama, Anna y el resto de los protagonistas que la secundan en sus locuras, ríen con frecuencia de sus propias vicisitudes, lo que habla de una gran vitalidad, muy verosímil en el contexto de la película pero impensable en el cine social de otras latitudes. La nuestra, sin ir más lejos.
Las relaciones humanas en el medio urbano de Georgia también están vistas de manera divertida porque forman un tejido en el que los pobres tratan de ayudarse mutuamente mientras las mafias acaban por atraparlos en su redes. Como en un cuento de hadas, en La vida de Anna hay un ogro (un mafioso que también hace reír), y otro ogro (también mafioso pero que da ganas de llorar). No hay salida. Anna está siempre a la caza de algo que la saque de allí, y en medio de esta busca continua de ese algo, se encuentra siempre huyendo de quienes a su vez le tiran del vestido buscando el Dorado. La juventud que sale en la película aparece sin futuro, sólo la esperanza de una salida hacia América les da fuerzas para seguir consumiéndose en el día a día, mientras la arquitectura socialista completa, con sus paralelepípedos en medio de la nada (apenas si se ve algún arbusto por todo verdor), el cuadro de la desolación.
Anna merece ser feliz porque, en medio de las vicisitudes, saca fuerzas de flaqueza para resarcirse y reír con su amiga y sonreír optimistamente al futuro. Y acepta los regalos inesperados que la vida le depara y que ella sabe atrapar al vuelo sin desmayar. Es una luchadora, sin duda, pero muy sui generis y, por tanto, muy divertida, muy viva.
Sinopsis:
«Anna es una joven madre soltera obligada a tener varios trabajos para mantener a su hijo autista. Para mejorar la situación de ambos, decide emigrar de Georgia a los Estados Unidos. Anna se arriesga y vende su casa para poder pagar a un hombre que le promete conseguir un visado ilegal con el que viajar a América. A través de un estilo realista, La vida de Anna capta hábilmente los sentimientos de esperanza de una madre y su lucha diaria para poder salir adelante.»
La vida de Anna ha sido premiada en múltiples festivales: Valencia Jove (Luna de Valencia a la Mejor Película); Evolution de Mallorca International Film Festival (Mejor Película); Festival Internacional de Cine de El Cairo (Mejor Película y Premio Fipresci); Arras Film Festival- Francia (Silver Atlas y Premio del Jurado); Construir Cine- Festival Internacional de Cine sobre el trabajo- Buenos Aires (Premio al Mérito); Festival Internacional de Cine Crimen y Castigo- Estambul (Premio del Jurado).
Sobre la directora Nino Basilia:
Nacida en Georgia, estudió Filología en el Instituto Pedagógico de Tbilisi y publicó varias novelas mientras lo simultaneaba con la escritura de guiones para películas y series de televisión. Cuando decidió dedicarse a la dirección de cine se fue a Moscú, donde se graduó en el Instituto de Guionistas y Directores. Después de terminar sus estudios regresó a Georgia, donde preparó varios documentales. El guion de La vida de Anna fue premio del Centro Nacional de Cine de Georgia, consistente en la participación -y su estreno mundial- en el Festival Internacional de Cine de Göteborg (Suecia).