El poker es mucho más que una actividad de moda en el campo virtual. Tal es su importancia y trascendencia, que es considerado como un deporte mental más, y es uno de los juegos de mesa que más historia tiene a sus espaldas.
Aunque su lugar de origen es incierto, sí que hay unanimidad en cuanto a que nació en la Edad Media, y que su primer gran salto de popularidad fue en Europa para luego desembarcar y hacerse un hueco entre los pasatiempos favoritos de América del Norte.
En este artículo, nos centraremos en aquellas modalidades de esta práctica, que no son pocas, que han tenido gran acogida en internet. De hecho, el juego de 52 cartas no llega a las tres décadas de recorrido en el mundo online. Nació en 1998, cuando las conexiones empezaban a llegar a todos los hogares en Estados Unidos. Entonces se inauguraron los primeros servidores que, aparte de ofrecer una vivencia parecida a la de los salones de juego físicos, permitían realizar depósitos y jugar con dinero real como ahora.
Una de las grandes novedades que ha brindado el poker online a los usuarios de esta actividad tradicional adaptada a los nuevos tiempos, es el hecho de poder vivir partidas en tiempo real junto a otros usuarios en una misma plataforma, compartiendo espacio virtual. Desde cualquier dispositivo y con tan solo un clic, es posible disputar un encuentro o campeonato al momento y compartir mesa con otros jugadores. Una experiencia inimaginable años atrás.
Las modalidades y sus particularidades
Desde su incursión en internet, se considera la modalidad Texas Hold’em como la más popular del momento. Un juego que inició en Las Vegas, Estados Unidos, donde se introdujo por primera vez en el año de 1963, gracias a destacadas leyendas de este deporte mental. Sus características, aunque conocidas por muchos, las repasamos: se juega con un crupier, una baraja inglesa, se hacen dos ciegas y consta de cuatro turnos de apuestas.
La particularidad más importante es que conseguirá la victoria aquel que consiga la mejor mano de cinco posibles combinando las cinco cartas comunitarias que estarán destapadas encima de la mesa con las dos privadas con las que cuenta cada uno de los usuarios.
También presenta una gran demanda online el juego de poker Omaha. Su gran particularidad, sobre todo, es si la comparamos con la modalidad anterior, recae en las cartas con las que cuenta cada participante. Hay cinco cartas comunitarias destapadas, pero cada uno de los integrantes de la mesa cuenta con cuatro cartas propias y las combinaciones deben responder siempre a la combinación de tres comunitarias y dos privadas. A su vez, se pueden encontrar pequeñas variantes sobre los premios en distintos juegos en internet.
Si hay una variante clásica de esta práctica que es un vivo ejemplo de la migración a las pantallas y de la adaptación a las nuevas tecnologías, es la Seven-Card Stud. Era muy popular en los salones de juegos antiguos y sigue siendo una de las más practicadas. A diferencia de otras modalidades, no hay cartas comunitarias y cada usuario cuenta con siete cartas en su haber: tres tapadas y cuatro visibles para todos. Gana quien consigue la mejor combinación de cinco, y se requiere gran estrategia y paciencia.
Concluimos el artículo haciendo mención a otro clásico del tapete verde: Three Card Poker. En este caso, los jugadores no compiten con otros compañeros de mesa como es habitual, sino que su principal rival es el crupier. Se reciben tres cartas privadas y ocultas, y se debe de apostar si la mano será mejor o no que la del repartidor. Su gran popularidad se debe a una serie de factores como la facilidad de entender y practicar el juego, la velocidad en la que suceden las partidas, y las pocas y sencillas estrategias que el jugador debe aprender.