La historia de Leo Battesti cambió cuando conoció el ajedrez. Nació en la capital de la isla francesa de Córcega, Bastia, en 1953 y recuerda que, con 17 años, le prohibían hablar en corso y había mucha presión contra la población. Inició su actividad política en asociaciones estudiantiles en Niza.
Un joven Leo Battesti en la presentación del FLNC en 1976.
En 1975 se produce la revuelta de Aleria, por un escándalo de vino corso adulterado por empresarios sin escrúpulos. Al año siguiente, 1976, se creó el Frente de Liberación Nacional de Córcega (Fronte di Liberazione Naziunale Corsu, FLNC) para defender la causa corsa, siendo un movimiento político-militar ilegal. En una conocida fotografía de presentación del FLNC, aparece con el rostro descubierto y sus compañeros tapados, por lo que se convierte en la primera cara visible de la organización.
Fue encarcelado en 1978 y condenado a nueve años por el Tribunal de Seguridad del Estado acusado de complot para un asesinato. Su primer día en la prisión de máxima seguridad París La Santé, escuchó ruidos, “un tableteo como un tac-tac”, eran dos agentes de la KGB que espiaban para la entonces Unión Soviética y estaban detenidos, echando una partida de ajedrez. Este hecho le despertó la curiosidad por el juego y cómo le podía ayudar a pasar el tiempo en la cárcel. “Aprendí a jugar al ajedrez con agentes del KGB”, rememora.
Encargó un tablero y empezó a ordenar libros de ajedrez, hacer partidas por correspondencia e incluso organizó un torneo en la cárcel de Melun, el único que ganó, ironiza. Salió de prisión en 1981 tras un indulto bajo la presidencia del socialista François Mitterrand y trabajó como periodista en una revista semanal de Córcega.
De 1986 a 1992 participó en la asamblea de Córcega, siendo vicepresidente de la Comisión de Cultura y Deportes de 1990 a 1992, como representante de una formación nacionalista, haciendo un llamamiento a la disolución de las organizaciones clandestinas y que practicaban la violencia. De 1988 a 1992 también fue concejal en su ciudad natal, Bastia. En 1993 aboga por la disolución del FLNC.
Ahora pretendía presentarse por una formación nacionalista, Femu a Corsica, a las próximas legislativas francesas de junio, pero finalmente ha renunciado y hace una analogía con el ajedrez, “no se puede ganar una partida sin saber por qué se mueven las piezas, es el mismo principio que se aplica a la política”.
En su vertiente puramente ajedrecística, fue vicepresidente de la federación francesa de Ajedrez desde 2005 y optó a la presidencia, perdiendo por 17 votos, en 2013. Hoy es presidente de la liga de ajedrez de Córcega, que él mismo fundó, donde lleva 15 años en el cargo, creando también el programa de extensión escolar. Hay una Casa di Scacchi, Casa de Ajedrez, en Bastia fundada en 2010.
Recientemente ha editado el libro ‘La vida, por encima de todo’ en el que hace un recorrido por su trayectoria. El prólogo es del escritor francés, ganador del premio Goncourt 2012, Jerome Ferrari, cuya obra está traducida al español. Ferrari ha traducido obras del corso al francés.
Battesti destaca que el ajedrez es muy apreciado por sus compatriotas y resalta cómo aumentó el número de jugadores y de clubes. En 1998 había 250 federados hoy alcanzan los 6000. Ha organizado varios torneos en Córcega, uno de ellos ya con dos décadas celebrándose, a los que acudieron entre otros grandes jugadores los excampeones del mundo Anatoli Karpov y Viswanathan Anand, el azerbaiyano Teimour Radjabov, y la excampeona femenina, Aleksandra Kosteniuk.
Lógicamente también ha pasado por el torneo el actual mejor jugador galo, quinto en el ranking FIDE de marzo de 2017, Maxime Vachier-Lagrave. Francia cuenta con cuatro jugadores entre los cien mejores, además del citado se encuentran en el número 49, Etienne Bacrot, en el 92, Laurent Fressinet y en el 98, Vladislav Tkachiev.
Como hecho llamativo, durante uno de los torneos disputados en la isla en 2011 se expulsó al primer gran maestro iraní, Ehsan Gaem Maghami, quien se negó a jugar por razones políticas contra un ajedrecista israelí, Ehud Schachar. Misma actitud tuvo el año pasado 2016 en la quinta ronda de un torneo en Basilea, ante otro jugador israelí, Eliahu Shvidler.
Entre las muchas anécdotas se pude citar que Battesti aparece en la película de temática ajedrecística ‘Joueuse’, La jugadora (2009) coproducción francoalemana dirigida por Caroline Bottaro, cuya acción se sitúa en Córcega, si bien en la obra original de la escritora alemana Bertina Henrichs se desarrolla en una isla griega, Naxos –hay una traducción al español del libro ‘La jugadora de ajedrez’ de Alianza Editorial-.
También intervino en febrero de 2016 en el Parlamento Europeo para defender el programa de ajedrez en la escuela. Hoy, además de director y productor de un programa de televisión sobre ajedrez, ‘Jaque Mate’, puede enseñar la lengua corsa, al contrario que sucedía en su juventud, en la Casa di Scacchi de Bastia.
Francia cuenta con 62 000 inscritos en clubes, de los que casi 6000 se encuentran en Córcega, por lo que según Battesti es la mayor ratio entre licencia y número de habitantes, unos 320 000 en la isla francesa. Además, se enseña a 400 000 alumnos en las escuelas de toda Francia, de las que alcanza a 3500 en Córcega donde se celebran unos juegos escolares anuales ajedrecísticos.