Respira el día por nosotros. Nos regala las vibraciones más potentes con una ingente ansia de libertad que nos llena los pulmones y nos reporta caricias.
Es todo un regalo. Lo es cada día con lo que hacemos y con lo que no. Hay resoluciones a las incógnitas. Lo malo es que dudamos incluso cuando todo parece fácil. No tenemos costumbres sencillas, lo cual, en sí, es un problema. Cambiemos.
Estamos a tiempo de coger los tonos que nos previenen con sus toques maestros. Nos relatamos la certeza que nos atañe con una singularidad única. Nos debemos estimar con los casos manifiestos de promesas cumplidas.
Nos deberíamos exponer a la realidad con alegría, con voluntad de mejoría, de cambio, entre novedades que han de propiciarnos cuanto fue y será entre importancias renovadas. Nos querremos más. ¿Vale?
Deberíamos buscar sin agobios por lares que nos pondrán en el sitio adecuado. Ganar y perder es la misma opción, si nos planteamos que lo importante es intentarlo.