La misión de los historiadores es comprender las diferencias entre el presente y el pasado y explicar por qué son importantes.
Los historiadores queremos explicar qué queda del presente en el pasado. Y viceversa. Sobre todo, viceversa.
Los historiadores analizamos cuanto tiene que ver con el pasado por medio de una herramienta, una disciplina, un oficio: la Historia.
Los historiadores hemos de lograr que nuestra disciplina siga siendo, o lo sea de una vez, una ciencia humana crítica que tiene una misión pública.
Hemos de revertir la pérdida del sentido de finalidad pública de la Historia. Pero para ello, hemos de estar dispuestos, como escribiera en 1912 el historiador estadounidense J. Franklin Jameson, «a mirar más allá de las ventanas de nuestro despacho y pensar en la Historia, no como la propiedad de un reducido gremio de colegas de profesión, sino como la legítima herencia de millones de seres humanos».
Lo que el oficio del historiador propone es una mirada profesional al presente desde la perspectiva histórica, desde la perspectiva que da el estudio del pasado. A lo que aspira nuestra disciplina es a entender el presente por su génesis, analizando no sólo los acontecimientos sino también los procesos sociales.
La necesidad que los humanos tenemos de entender el presente es lo que origina la explicación histórica.
Tenemos todo el pasado por delante. Todos. Los historiadores, primero.
Cuánta razón tenía el maestro de historiadores Miguel Artola cuando me enseñó que la Historia es aburrida si explica los tiempos felices y que sólo destella cada vez que vibra conociendo las turbulencias, los pliegues geosinclinales de los que surgirán los tiempos en los que parece que no ocurriese nada.
De otro lado, cuando en los grupos (de Facebook) donde se ven fotos antiguas alguien comenta con nostalgia la calidad de aquellos días pasados, mi reflexión siempre es la misma: Tanto quétiemposaquéllos parece olvidar qué tiempos eran aquéllos.
- Este texto pertenece a mi libro La Historia: el relato del pasado, publicado este año 2020 por Sílex ediciones.