“Jacques Audiard se aleja (con razón) tanto del western americano como del spaghetti western. No hace ni una parodia ni una imitación. Traza un camino elegante, sin indios, sin diligencia, sin hija del sheriff. Con Eli y Charlie Sisters, se abre el camino hacia el paraíso a golpes de revólver”. ( François Forestier, NouvelObs)
De la mano del aclamado Jacques Audiard (“De óxido y hueso “, “Un profeta”), y basada en la novela del mismo título del escritor canadiense Patrick deWitt, “Los hermanos Sisters” (The Sisters Brothers)- León de Plata en la última Mostra de Venecia- es un western iconoclasta de corte totalmente nuevo, una película muy especial, sensible y brillante a la vez.
Joaquin Phoenix (“Her”, “Puro vicio”) y John C. Reilly (“Langosta”, “Un dios salvaje”) dan vida a los hermanos Charlie y Eli Sisters, una pareja de pistoleros que trabajan en un mundo salvaje y hostil a sueldo de El Comodoro, un hombre poderoso que tiene montado su imperio de mercenarios en plena fiebre del oro.
Charlie y Elie tienen las manos manchadas de sangre, de sangre de inocentes y también de criminales. Su oficio es saldar cuentas matando. Son como la peste y su reputación les precede. Pero tienen su lado humano, por pequeño que sea –Elie sueña con una vida “normal”, Charlie cree que ha nacido para caudillo-, y este aspecto es el que Audiard ha querido resaltar y el que hace de este western casi clásico –por cierto, rodado en España, como tantos de los grandes títulos del género- una gran película, diferente y excepcional, en la que el oro –codiciado por todos, del Comodoro al sheriff y a la última prostituta del poblado- sigue siendo una ilusión al final de la historia, lo mismo que al principio.
Para cumplir con el último encargo del Comodoro, los hermanos Sisters inician un viaje por las montañas de Oregón hasta tierras californianas, una travesía que pondrá a prueba los lazos familiares que los unen: “Los dos hombres huérfanos son dos niños grandes que cargan con su trauma, con su origen manchado con la sangre de una devoradora figura paterna, seguramente un ogro, al que suprimieron”. Los Sisters son una pareja de brutos, pero antes que nada son hermanos, su relación incondicional y conflictiva recorre la casi hora y media que dura la película.
Junto a los dos protagonistas, se encuentran también Jake Gyllenhaal (“Donnie Darko”, “Brokeback Mountain”), como el experimentado detective John Morris, y Riz Ahmed (“The Night Of”, “Rogue One”) en el papel del químico fugitivo Hermann Kermit Warm, especie de mago al que buscan los hermanos para arrancarle la fórmula de una mezcla que, arrojada a los ríos, permite que brille y aparezca el oro que se esconde en sus lechos.
Dedicado por Jacques Audiard –hijo de Michel Audiard, guionista y realizador fallecido en 1983- a un hermano mayor fallecido muy joven, “Los hermanos Sisters”, western intimista y crepuscular entre violento y utópico, tiene algo de tragicomedia (empezando por el juego del apellido), de pesadilla probablemente terapéutica y de cuento de hadas también cuando “el oro aparece milagrosamente en el cauce”.