Las inversiones de las 125 personas más ricas del mundo emiten 393 millones de toneladas de dióxido de carbono (CO2) cada año, un millón de veces más que quienes, por sus ingresos, están en el noventa por ciento inferior de la humanidad, indica un nuevo estudio de la coalición contra la pobreza Oxfam, informa la IPS.
Nafkote Dabi, líder de cambio climático de la coalición, afirmó que «estos pocos multimillonarios juntos tienen ‘emisiones de inversión’ que equivalen a las huellas de carbono de países enteros como Francia, Egipto o Argentina».
Dabi dijo que «las emisiones de los estilos de vida multimillonarios, sus jets privados y yates son miles de veces más altas que las de una persona promedio, lo que ya es completamente inaceptable».
«Y si además observamos las emisiones de sus inversiones, entonces sus emisiones de carbono son un millón de veces más altas», agregó.
Para el responsable de Oxfam «esto tiene que cambiar. Estos inversionistas en la cima de la pirámide corporativa tienen una gran responsabilidad en la conducción del colapso climático. Han escapado a la responsabilidad durante demasiado tiempo».
Las inversiones de los 125 multimillonarios estudiados suman 2,4 billones (millones de millones) de dólares y arrojan a la atmósfera un promedio de anual de tres millones de toneladas de CO2 por persona, un millón de veces más que 2,76 toneladas que es el promedio para el noventa por ciento de habitantes del planeta.
Es probable que la cifra real sea aún mayor ya que, según Oxfam, las emisiones de carbono publicadas por las empresas subestiman sistemáticamente el nivel real del impacto del carbono, y hay empresas y multimillonarios, probablemente responsables de un alto impacto climático, que no revelan sus emisiones.
Este estudio de Oxfam fue divulgado el 15 de noviembre 2022 en Oxford (Reino Unido) en coincidencia con la 27 Conferencia de las Partes (COP27) de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, que se celebraba en la ciudad egipcia Sharm El Sheij.
Oxfam utilizó datos públicos para calcular las «emisiones de inversión» de multimillonarios con más de diez por ciento de participación en una corporación, asignándoles una parte de las emisiones reportadas de las corporaciones en las que invierten en proporción a su participación.
A diferencia de la gente promedio, los estudios muestran que las inversiones de las personas más ricas del mundo representan hasta setenta por ciento de sus emisiones.
El estudio también encontró que los multimillonarios tenían un promedio de 14 por ciento de sus inversiones en industrias contaminantes como la energía y materiales como el cemento, el doble del promedio que maneja la calificadora Standard and Poor 500.
Solo un multimillonario en la muestra tenía inversiones en una empresa de energía renovable.
La elección de las inversiones que hacen los multimillonarios está dando forma al futuro de la economía. Por ejemplo, al respaldar infraestructura con alto contenido de carbono aseguran altas emisiones en las próximas décadas.
El estudio encontró que si los multimillonarios de la muestra trasladasen sus inversiones a un fondo con estándares ambientales y sociales más estrictos, podrían reducir la intensidad de sus emisiones hasta cuatro veces.
«Necesitamos que la COP27 exponga y cambie el papel que las grandes corporaciones y sus ricos inversionistas están jugando para beneficiarse de la contaminación que está provocando la crisis climática global», dijo Dabi.
Sostuvo que «no se les puede permitir esconderse o maquillarse de verde. Necesitamos que los gobiernos aborden esto con urgencia publicando las cifras de emisiones de las personas más ricas, regulando a los inversores y las empresas para reducir las emisiones de carbono, y gravando la riqueza».
Oxfam ha estimado que un impuesto sobre el patrimonio a los superricos del mundo podría recaudar 1,4 billones de dólares al año, recursos que podrían ayudar a los países en desarrollo, los más afectados por la crisis climática, a adaptarse, abordar las pérdidas y los daños y llevar a cabo una transición justa a energía renovable.
Según el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (Pnuma), los costos de adaptación para los países en desarrollo podrían aumentar a 300 000 millones de dólares por año para 2030. Solo África requerirá 600 000 millones de dólares en el lapso 2020-2030.
Oxfam también pide tasas impositivas mucho más altas para las inversiones en industrias contaminantes, para desalentar tales inversiones.