Medea – Dark Matter es el título en esta producción que ha traído a Madrid el programa Ellas crean. El título es redundante (Medea – Materia Oscura), todos conocen la historia de Medea, la madre que mata a sus propios hijos. La madre bárbara que, amándolos, los sacrifica a una ambición mayor, la de saciar su sed de venganza sobre Jasón, el hombre que la abandona para casarse con otra.
Lo otro, las otras razones que esgrime para ejecutar su horror (que van a ser esclavos en tierra extranjera, como lo ha sido ella, con la nueva familia de Jasón; que no quiere que sean humillados y sufran destierro como ella…) suenan a disculpas y consideraciones modernas.
Ella se mueve por el deseo de venganza sobre el hombre que, habiéndola sacado de su tierra (donde era princesa) y habiéndole dado hijos (lo que considera el culmen de su indestructible amor) ahora la abandona por otra en aras del medro personal y -seguramente ya- de la corrección política.
Debía ser una bomba, un bombazo siempre restallante, esta Medea bárbara, venida de los confines de Asia Menor y de un pueblo primitivo descendiente del Sol (lo que subraya muy bien en vivo y directo la música africana) en la sofisticada corte de Corinto, donde gobernaba Creonte con una hija que cae enamorada del héroe Jasón. ¿De dónde se había sacado este héroe a Medea?
Ella le había servido en bandeja el vellocino de oro a Jasón, y sus antecedentes como pareja son terribles, pues Medea no había dudado en sacrificar a su propia familia, a su padre y a su reino, para conquistar a Jasón. Se entiende que siga siendo capaz de todo por vengarse de él.
Los parlamentos de Medea son absolutamente revolucionarios sobre los derechos de la mujer y su inclinación al mal para conseguirlos. Es bárbara en todos los sentidos. Ella está dispuesta a todo y el mundo se acordará de ella por los siglos. Así toda la acción se centra en ella, digna hija del Sol.
Y a lo que iba desde el principio: como todos conocemos su historia, la historia de Jasón y Medea y sus antecedentes, se podía seguir perfectamente el desarrollo de la obra en griego clásico aunque no se entendiera ni una palabra. Bastaba con dejarse llevar. Pero Medea (la actriz que la representa) es española y habla y llora español, y lo cierto es que sus ayes lastimeros fueron menos creíbles para mí que sus urdimbres cuando engaña. Es decir, cuando halaga a sus verdugos y se dice convertida a la nueva situación, a lo que ésta reportará a sus hijos y a ella misma como esposa del nuevo rey de Corinto que será Jasón por su matrimonio con la hija de Creonte, etc., etc., es mucho más creíble esta Medea que cuando brama de dolor. Lo siento.
Y desentona de las voces griegas (Creonte, Egeo, el coro, la criada-nodriza), magníficas y dramáticas voces aunque subrayadas molestamente por el rótulo de la traducción allá arriba, a esa altura Alfa tan propicia al sueño que, por suerte, no se produjo al durar sólo 90 minutos.
Sólo ha estado en Madrid dos días Medea en esta colaboración hispano-griega. Lo hacía en el contexto de Ellas crean y ojalá vuelva pronto para que la pueda ver mucha más gente. Estremecedor el griego clásico.
Título:Medea – Dark Matter
Autor: Eurípides
Dirección: Chryssa Georganta
Producción: Conxobanx (Grecia) Asoc. Cult. Mandjani
Elenco: Marisa Lull (Medea), Natalia Dasiou (Coro en vivo), Tasos Nousias, Dinos Makris, Kostas Teologou, Alessandros Vartis, Chrysoula Cordouli
Músico en directo: Kassoum Sanogo
Fecha: 14 de marzo de 2015
Espacio: Teatro del Centro Cultural Conde Duque (Ayto de Madrid).
Prensa y comunicación: Cult Project