Nos aseguramos con recuerdos que nos hacen anticipar las hermosas premisas de las que aprendemos y las uniones voluntarias que nos plantean avances extraordinarios.
Nos reforzamos con emisiones queridas que nos hacen vivir en una fiesta permanente. Todo aparece como debe. No nos falta cariño: es una fortuna.
Nos debemos a las presentaciones más estimulantes. Nos hemos envuelto de referencias que nos alzan.
Consolidamos los aspectos que nos singularizan y que nos permiten emprender la mejor singladura, que avala lo que fuimos en un presente que nos embriaga de pasiones.
Nos exponemos al desarrollo que nos hace captar lo básico. Nos entrenamos en pura amistad. Nos hemos de sugerir entendimientos claves.
Subrayemos la vida en cada segundo que protagonizamos. Lo constataremos en los versos que surgen del hecho de estar en comunión. Creamos y nos convertimos en míticos. Nos regalamos orgullo. Progresamos sin cesar.