Una baja en el fotoperiodismo de guerra
El fotoperiodista norteamericano David Douglas Duncan, quien acaba de fallecer a los 102 años en un hospital de Grasse, en la Costa Azul francesa, se había forjado en la profesión durante la Segunda Guerra Mundial en 1943, cuando se embarcó con los marines a bordo del Missouri para hacer fotografías de la rendición de Japón.
Terminado este conflicto Douglas continuó su carrera en la Guerra de Corea, que se prolongó desde 1950 a 1953, y fue aquí donde alcanzó fama mundial como profesional del periodismo bélico. En diciembre de 1950 el general McArthur había impuesto la censura sobre algunas fotografías que revelaban su lado más violento, pero Douglas Duncan consiguió hacer llegar algunas de las suyas a la revista Life. Gracias a estas fotografías se convirtió en el fotógrafo de referencia de la Guerra de Corea y obtuvo una condecoración militar por su valor. Sobre este conflicto publicó el libro This is War.
Duncan se había hecho popular en 1934, cuando comenzaba a hacer fotografías, gracias a unas instantáneas del gánster John Dillinger. El fotógrafo cubría la noticia sobre un hotel que acababa de incendiarse en Tucson, cuando vio entrar a una mujer a la que fotografió y que resultó ser el famoso atracador de bancos, disfrazado, que quería recuperar el botín de uno de sus robos que había dejado en la habitación en la que se alojaba. La fotografía mitificó el trabajo de Douglas Duncan a pesar de que nunca llegó a publicarse.
Douglas Duncan era el fotógrafo que acompañaba a su amigo Robert Capa en Indochina cuando este pisó la mina que le costó la vida. Fue Capa quien le sugirió que visitase a Picasso para hacerle un reportaje. Tras abandonar la revista Life continuó como freelance en guerras como la de Vietnam, primero en el conflicto de descolonización francesa y más tarde en la guerra contra Estados Unidos. Sobre la guerra de Vietnam publicó el fotolibro I Protest. Después estuvo haciendo reportajes en Oriente Próximo, África y Asia. En su versatilidad profesional como fotógrafo también publicó trabajos para National Geographic.
Entre las obras que le encumbraron como fotógrafo al margen del periodismo de guerra, sobresale el monumental trabajo fotográfico sobre la figura y la obra de Pablo Picasso, a quien conoció en 1956 en La Californie, su casa de la Costa Azul francesa, y cuya amistad con el pintor se prolongó hasta la muerte de este en 1973. Le hizo más de 25 000 fotografías en todas las situaciones imaginables (entre ellas una muy famosa del pintor en la bañera).
Con parte de este material publicó en 1961 los libros The Private World of Pablo Picasso y Los «picasso» de Picasso.