No se le debe negar a ninguna mujer un tratamiento médico que necesite para salvar su vida –incluido el aborto si es preciso–, ha afirmado Amnistía Internacional después de que las autoridades salvadoreñas hayan esperado durante semanas antes de tomar medidas para salvar la vida de Beatriz, mujer embarazada gravemente enferma.
La vida de Beatriz ya no corre peligro tras haber autorizado finalmente el gobierno de El Salvador el lunes la práctica de una cesárea temprana para evitar su muerte a causa de las complicaciones planteadas por un embarazo no viable y una grave enfermedad.
Se ha hecho sufrir a Beatriz –cuyo caso movilizó a activistas de todo el mundo– durante semanas mientras tribunales y autoridades de El Salvador debatían si debía recibir tratamiento.
“Deseamos a Beatriz una pronta y total recuperación después de esta experiencia angustiosa y prolongada innecesariamente”, ha afirmado Esther Major, investigadora de Amnistía Internacional sobre El Salvador.
“Al mismo tiempo, queremos manifestar claramente que ninguna mujer o niña debe sufrir la clase de discriminación y tortura que Beatriz ha experimentado cuando luchaba por su vida mientras se le negaba el acceso a unos servicios de aborto necesarios para salvar su vida y preservar su salud.”
“Todas las mujeres –en El Salvador y en cualquier otro lugar del mundo– deben tener acceso al tratamiento médico del que dependa su vida cuando lo necesiten”, ha afirmado la organización.
“El gobierno de El Salvador debe tomar medidas de inmediato para poner fin a la prohibición total del aborto y adecuar su legislación a las normas internacionales de derechos humanos. Las leyes no deben atar las manos de los médicos, ni impedir el acceso de las mujeres y niñas a un tratamiento necesario, como en este caso, para salvar sus vidas o preservar su salud”, ha declarado Esther Major
“Esta situación atroz no debería haberse producido nunca. El gobierno salvadoreño ha cometido un acto de crueldad inimaginable al jugar de esta manera con su vida y su salud. Durante más de dos meses, Beatriz ha esperado en una situación de angustia y mala salud, sin saber si sobreviviría a otro día de embarazo. Cuesta creer que se haya visto obligada a hacer campaña para salvar su propia vida y su salud. La valentía de Beatriz ante esta crueldad nos da una lección de humildad”, ha agregado Major.
Beatriz no estaba sola. Al lado de la Agrupación Ciudadana, que trabajó sin descanso en su favor, había cientos de miles de personas en todo el mundo que unieron sus voces a la petición de que se respetaran sus derechos humanos, muchas de ellas respondiendo a los diferentes llamamientos emitidos por Amnistía Internacional en todo el mundo.
Beatriz se recupera actualmente en un hospital. Esta mujer de 22 años –que ya es madre de un hijo de corta edad– sufre varias enfermedades graves, como lupus y problemas renales, por lo que continuar con el embarazo anencefálico no viable entrañaba una grave amenaza para su vida y su salud. Los médicos afirmaron que Beatriz podía morir si continuaba con el embarazo pero no la trataron por miedo a ser enjuiciados en aplicación de la prohibición total del aborto vigente en el país.
Tal como habían pronosticado los médicos, el feto sobrevivió sólo unas horas tras nacer sin partes considerables de la cabeza y el cerebro.