Un País Imaginario
Sabido es que los políticos están dispuestos a hacer cualquier cosa en campaña con tal de conseguir votos. En los videos promocionales que estamos viendo estos días podemos contemplar de todo: un médico candidato buscando votos entre sus pacientes paisanos, un abuelo dando la vara a la nieta para que cambie el voto, o unos candidatos cantantes salidos al parecer del infierno que nos flagelan con sus ripios. Todo, con tal de arañar unos votos que llevarse a la buchaca.
No es extraño pues que el líder socialista, Pedro Sánchez, esté dispuesto a marcarse unos bailes en el cierre de la campaña electoral para animar a los alcaldables del puño y la rosa, rojerío socialdemócrata, echándoles un cable exhibiéndose gentil con unas volteretas acrobáticas sobre el escenario, que esperemos no acaben con el líder por los suelos para mofa de unos y cachondeo de otros.
Hemos conseguido infiltrarnos en los ensayos consiguiendo esta foto de Pedro Sánchez en plena faena y apretadas mallas cual bailarín del Bolshoi Ballet ruso, si bien hay que advertir que no es un virtuoso en la materia, pues lo suyo son las primarias y el baloncesto. Pero la ocasión merece la pena de cambiar los horrorosos calzones de baloncesto por los leggins ajustados. La diferencia salta a la vista, dónde va a parar
Dicen de Pedro el socialista
que es consumado bailarín,
por lo que saltará a la pista
bailando cual querubín.
Cuidado con esos morros,
Pedro Sánchez, no tropieces
y llévente hecho unos zorros
a la sala de despiece.
París bien vale una misa,
los votos valen millón,
y tú vas con esa guisa
con ajustado faldón.
Estás lejos del Bolshoi,
puño y rosa enarbolando,
ten cuidado con Rajoy
que el sujeto viene dando.
Dale alegría a tu cuerpo,
a tu cuerpo, macareno,
y baila, baila sin freno
hasta llegar a buen puerto.