Lavamos la vida con más vida, y en ella nos impulsamos con normas que nos ponen a prueba. Salimos con bien.
Existimos en las promesas que nos impelen a viajar con unas actitudes más que singulares. Nos desarrollamos.
Hemos consentido y llegado. Nos dejamos estar en el planteamiento máximo de unidad, que nos propone saldos de intereses variados.
Hemos de ir a nuestras metas con la proyección más importante. Nos la debemos jugar a cada instante, sin riesgos innecesarios, pero con la suficiente valentía. Nos quedaremos donde la amistad nos merece la pena.
Salgamos hacia delante, pues, con los modelos presentes y de óptica futura. Nos hemos de decir lo más rico con una indagación que nos amanse y nos multiplique. Nos hallamos ya con el azar que se postula como algo más. De nosotros pende.