Nos anexionamos con una verdad que nos regala poderes para amar. Nos teníamos, sí, pero ahora nos somos más. Hemos de presidir nuestras vidas tomando en consideración cuanto tiene sentido.
Nos debemos acostumbrar a las buenas intenciones y mejores hechos. Vivamos en la discrecionalidad que nos alimenta para dar con los eventos que nos proponen «ensalzarnos» con plenas consideraciones positivas. No apaguemos las llamas apasionadas. Nos procuran vivir.
Nos debemos animar siempre. Hemos de consolidar lo que tiene sentido y alejar lo que no. Nos hallaremos donde nos comprendemos. Hemos saldado cuentas. Debemos continuar de esta guisa.
Nos implementamos con buenos ejemplos. Nos buscamos en la patria nueva. Nos configuramos sin traumas. Podemos construir desde la ilusión de arreglarnos.
Nos devolveremos las importancias, que en cada ocasión hacemos relativas para no obsesionarnos. Nos brindaremos algunos porqués.
Generamos grande la historia personal y colectiva, que luce las mejores divisas, que agrupamos y defendemos en una era que nos pertenece, como nosotros a ella. ¡Estamos felices!