No habrá dios cuando despertemos, del murciano afincado en México Ricardo Vigueras, ha sido la obra ganadora de la octava edición del Premio Tristana de Novela Fantástica, el único certamen de carácter institucional que trata este género, convocado por el Ayuntamiento de Santander (Cantabria), junto con la Fundación Santander Creativa.
En total se han presentado 270 obras de las que se seleccionaron diez para someterlas a la última deliberación del jurado que tuvo lugar el lunes 26 de octubre de 2015.
Para elegir ganador, el jurado ha valorado principalmente «la calidad del autor a la hora de construir una atmósfera de pesadilla metafísica excelentemente desarrollada desde el punto de vista literario y dramático, y con una resolución altamente original». Además, ha asegurado que se trata de una novela de terror “muy bellamente escrita y con un gran trasfondo moral y metafísico”.
La obra
La obra se desarrolla en lo que durante miles de años fue conocido como el Infierno, el Hades o el Purgatorio, pero en realidad nunca fue ninguno de ellos. Ahora es simplemente el Aeropuerto: un lugar infernal que reproduce la vida sin serlo, un lugar por donde vagan las almas de aquellos que durante siglos tuvieron una muerte violenta.
Victorio, asesinado al principio de la Guerra Civil española, y Amanda, violada y asesinada en Ciudad Juárez a finales del siglo XX, vagan por la enormidad de aquel Aeropuerto infinito donde los antiguos demonios se han convertido en Funcionarios.
La única vía de escapatoria del Aeropuerto es un salvoconducto conseguido por sorteo para tomar un misterioso avión que despega todos los días desde la Terminal V y que nadie sabe a dónde conduce. Sin embargo, el camino hasta la terminal V estará lleno de azares, riesgos y contratiempos, deberán lidiar con el capricho o la torpeza de los funcionarios y, sobre todo, deberán no ofender al Funcionario de Salida que tramitará sus billetes de avión: un demonio resentido llamado Bástiabas que rumia su amargura mientras evoca épocas de gloria que para él no volverán
Dialogando con el autor
Ricardo Vigueras (1968) es doctor en Filología Clásica por la Universidad de Murcia (España). Desde 1996 es profesor de latín y mitología clásica en la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez (Chihuahua) al norte de México, en la frontera con EEUU, donde reside desde hace veinte años y vive la vida “lo mejor que uno puede”, confiesa.
Ha publicado los libros Breve introducción a la novela policiaca latina (UACJ, 2009), Manufactura de sueños (Rocinante Editores, 2012) y Lisístrata, de Aristófanes. Introducción, traducción y notas; UACJ, 2012. Editada en 2013, su novela Nuestra señora de la sangre (Instituto Chihuahuense de la Cultura/Solar), ganó un premio de publicaciones del referido Instituto.
El pasado año fue galardonado en el Certamen Internacional de Literatura Sor Juana Inés de la Cruz 2013. Ricardo concurrió en la categoría de cuento con el trabajo A Vuelta de Rueda tras la Muerte. Trata sobre cómo la gente común tuvo que aprender a sobrevivir en medio de una violencia extrema que invadió Ciudad Juárez. Dice Vigueras que “es un retrato del día a día del común de los habitantes de la ciudad, que no tiene que ver con la violencia ni con el narcotráfico, pero pone de relieve algunos conflictos muy dramáticos que se vivieron. Mezcla de ficción y realidad”.
También es autor de más de un centenar de artículos publicados en revistas de España, México y Estados Unidos, como Arenas Blancas, Krazy Cómics, Paso del Río Grande del Norte, Revista de Literatura Mexicana Contemporánea, Tebeosfera, Archipiélago y otras.
Preguntado por qué ahora una novela fantástica, asegura que “esta novela salió así, debido a que durante un viaje desde Madrid a Juárez, con escala en París, mi esposa Elpidia y yo perdimos todos los vuelos y debimos vagar por aeropuertos durante un fin de semana. Yo le dije a Elpidia: si el infierno existe, debe ser un aeropuerto. Y de pronto ahí apareció la novela, y me puse a escribirla”. Eso sí, confiesa que no le gustan nada los aeropuertos. Es más, dice, “odio los aeropuertos, son la máxima expresión de todo lo aborrecible y artificioso del mundo moderno”.
A la hora de comunicar la decisión del jurado, Miriam Díaz, concejala de Cultura del Ayuntamiento de Santander, destacó que cada vez se presentan más obras procedentes de otros países a la convocatoria del Tristana. En esta ocasión, la presencia de novelas latinoamericanas fue superior al 50 por ciento.
El premio conlleva una dotación económica de 6000 euros y la edición de la obra por parte de la editorial Menoscuarto.