Unos 130 000 manifestantes han recorrido las calles de Paris de la Plaza de la Bastilla a la Plaza de la Republica, en donde la marcha por una VI República organizada por el movimiento de izquierdas “La Francia insumisa” ha culminado con un mitin de Jean Luc Melenchon, candidato de la izquierda no “socialista” a la elección presidencial.
La fecha del 18 de marzo no ha sido elegida por azar, sino por su alto valor simbólico, el 18 de marzo de 1871 marcó el inicio de la Comuna de París, y fue ese mismo día en 2012 cuando el mismo Melenchon, candidato entonces del Front de Gauche, reunió ciento veinte mil personas en la Plaza de la Bastilla. En esa elección presidencial de 2012 Melenchon obtuvo cuatro millones de votos en la primera vuelta, es decir 11,1 %. Electorado que se volcó luego contra Nicolás Sarkozy y a favor de François Hollande en la segunda ronda.
Las consignas mas seguidas en esta marcha eran las dirigidas contra el actual sistema político presidencialista, multitud de pancartas reclamaban “el fin de la monarquía presidencial” mientras la multitud coreaba a menudo gritos de “Resistencia” y de “Votemos! Que se vayan!”. Lo que ha caracterizado la marcha de este sábado es, sobre todo, la ruptura de ese electorado de izquierdas con el Partido Socialista y sus representantes en el poder.
La marcha empezó a eso de las dos de la tarde de la plaza de la Bastilla, y los últimos manifestantes intentaban entrar con dificultad en la plaza de la Republica abarrotada a eso de las cuatro y media de la tarde. Aunque la policía no ha dado estimaciones de la participación, el conjunto de los medios informativos coinciden en señalar el “éxito” de la movilización en apoyo al candidato de “La Francia insumisa”.
En su discurso Melenchon ha abordado algunos de los capítulos más importantes de su programa, que empieza por la reunión de una Asamblea Constituyente, para fundar una VI República frente al actual poder “monárquico presidencialista” y su constitución, la de la quinta republica, que con el articulo 49/3 maniata y anula al poder legislativo.
De su vertiente ecologista y humanista a su defensa del derecho del trabajo y por la derogación de la denominada “Ley trabajo” aprobada por los socialistas, Melenchon ha ido declinando las líneas generales de su programa electoral, que incluye la lucha para “abrogar los actuales tratados europeos, devolviendo a Francia su soberanía y su independencia en el mundo”.
Con mas de 200 000 abonados en su propia cadena de TV en Youtube, Melenchon es plebiscitado por la prensa como “el rey de las redes sociales” en esta campaña electoral. En efecto, desde que publicó “El futuro en común”, su programa electoral, en diciembre de 2016, Melenchon ha multiplicado sus mítines y sus apariciones en su propia cadena de TV por internet, y en Facebook, para paliar así a la ausencia de interés que su candidatura suscitaba en ciertos medios informativos, o a la imagen reductora y caricatural que ofrecen de él.
Con esta importante concentración nacional Jean Luc Melenchon, candidato de la izquierda no socialista, ya declarado antes de las primarias del Partido Socialista, ha reforzado su posición en una posible negociación con Benoit Hamon, candidato del Partido Socialista, abandonado por numerosos dirigentes de su partido y por el propio Manuel Valls, quien incumpliendo la palabra dada le ha retirado su apoyo.
La alianza entre Hamon y Melanchon, cara a la primera vuelta, podría dar una clara posibilidad a la izquierda francesa de ganar esta elección presidencial, pero solo una clara ruptura o escisión del Partido Socialista podría conducir a esa convergencia. Por el momento Hamon, aunque abandonado y aislado por buena parte de su propio partido, continúa su campaña aliado al excandidato ecologista Yanick Jadot.
Numerosos son los dirigentes socialistas que sin respetar el resultado de la elección primaria en su propio partido, acusan de utópico a Benoit Hamon y llaman ya a votar por Emmanuel Macron, exministro de economía de Francois Hollande, y tránsfuga de la mayoría socialista, cuyo movimiento “En Marcha” se autoproclama “ni de derechas ni de izquierdas”.