Querida Anita

El dolor se visibiliza cuando una persona pública lo muestra, si no, no parece dolor. Tú, con tu ingenuidad, con tu forma divertida de asir la vida, nos pusiste contra la espada y la pared, aquel día cualquiera de 2018. Digo cualquiera, porque cuando te hieren de por vida, no queda espacio para ver cuál es ese momento.

Desde entonces, como todas las madres que se precien, le tendiste la oportuna mano a tu hijo, a sabiendas que el cáncer llamaba a su puerta. Como en esta vida todo se enseña, quizá, le supiste trasladar la alegría que mostró a propios y a extraños, y desembarcaste en él, la única forma de manejar el dolor; la esperanza y la alegría. Esto, que a todas luces nunca se comprende, permite que los que navegamos en el mismo mar, entendamos que la vida tiene otras luces, a veces, igual de extrañas, pero todas, igual de bonitas.

Y sí, parece que otros niños no mueren de cáncer; otros niños que no son famosos (como he llegado a leer) sufren, pero todos, ciertamente hoy son tu hijo, porque en su mirada encontramos la injusticia y el terror de un chico que enferma y partió en nombre de los demás. Visibilizar la vida es igual de difícil que ocultar la muerte, sobre todo, cuando formas parte del sarao del corazón como tú.  A ti nunca te importó que te hicieran daño, ningún comentario, ninguna estupidez, porque en ese mismo lugar del corazón habitan los cuchillos y las envidias que todos te tienen. Tu sonrisa, tu optimismo y relativizar cuanto te sucedía, ha hecho que siempre fueras para todos, Anita, la fantástica, la madre de todos los niños que han enfermado como el tuyo; la esperanza y la luz.

Querida Anita, no hay palabras de consuelo y todas son torpes cuando se enlazan en un texto que habla de partida. Esa que te invita al consuelo cuando este no se encuentra, porque un hijo nunca debe partir. Acaso, nunca, pero tú lo has sentido; has participado con él de la opción, divina opción de manejar los tiempos para encontrar la cura. Y lo has hecho tan bien, que todas nos miramos ya en ti.

Cuando una persona se va, algo se muere en el alma, dice esa canción; en tu caso, y en el nuestro, Aless no se ha ido. Está en ti, porque está en todos los chicos de su edad, esos que ahora ven con admiración que se puede seguir a pesar de lo que sucede, y en ese afán, también se puede ser feliz. La forma en la que has dado ejemplo será la historia que contarán otras personas cuando hablen de ti, porque entre todas las virtudes que tienes (y todos conocemos por las revistas del cuore), está la de tu sensibilidad y el amor por los que quieres de verdad. El amor derrochado en medio de una pandemia, acaso esa sonrisa a la prensa y decir cuando ya no tienes un halo de vida, que todo está bien. No se apagó tu vida, has encendido muchas, no lo olvides nunca. Quizá no ahora, pero en breve, sabrás que él nos ilumina a los demás, como tú lo haces ahora.

Sit tibi, terra levis, pequeño.

Un fuerte abrazo, mamá de Aless.

Ana De Luis Otero
PhD, Doctora C.C. Información - Periodista - Editora Adjunta de Periodistas en Español - Directora Prensa Social- Máster en Dirección Comercial y Marketing - Exdirectora del diario Qué Dicen - Divulgadora Científica - Profesora Universitaria C.C. de la Información - Fotógrafo - Comprometida con la Discapacidad y la Dependencia. Secretaria General del Consejo Español para la Discapacidad y Dependencia CEDDD.org Presidenta y Fundadora de D.O.C.E. (Discapacitados Otros Ciegos de España) (Baja Visión y enfermedades congénitas que causan Ceguera Legal) asociaciondoce.com - Miembro Consejo Asesor de la Fundación Juan José López-Ibor -fundacionlopezibor.es/quienes-somos/consejo-asesor - Miembro del Comité Asesor de Ética Asistencial Eulen Servicios Sociosanitarios - sociosanitarios.eulen.com/quienes-somos/comite-etica-asistencial - Miembro de The International Media Conferences on Human Rights (United Nations, Switzerland) - Libros: Coautora del libro El Cerebro Religioso junto a la Profesora María Inés López-Ibor. Editorial El País Colección Neurociencia y Psicología https://colecciones.elpais.com/literatura/62-neurociencia-psicologia.html / Autora del Libro Fotografía Social.- Editorial Anaya / Consultora de Comunicación Médica. www.consultoriadecomunicacion.com Actualmente escribo La makila de avellano (poemario) y una novela titulada La Sopa Boba. Contacto Periodistas en Español: [email protected]

1 COMENTARIO

  1. Gracias por éste artículo. Me ha emocionado. Por encima de todo hablas de personas.
    Son personas conocidas sí, pero seres humanos por encima de todo. Y empatizar con nuestros semejantes en su dolor no debe ser excluyente por fama o clase social.
    Muy bien escrito. Admiro la elección de las palabras y el tono.
    Otra vez gracias.

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