El presidente del gobierno de España, Mariano Rajoy, disolvió este viernes 27 de octubre de 2017 el Parlamento de Cataluña y convocó elecciones para el 21 de diciembre, después que esta institución declarara la independencia con fundamento en una consulta popular el 1 de octubre, que también había sido suspendida por la justicia.
La declaración de autodeterminación tuvo lugar mientras se desarrollaba un debate en el Senado español sobre las propuestas del Gobierno de Mariano Rajoy para intervenir la autonomía de Cataluña, entre ellas la destitución de su gobierno, y que fueron aprobadas por la amplia mayoría que el PP tiene en esa institución, con el apoyo de los senadores del PSOE y de Ciudadanos.
La mayoría independentista del Parlamento catalán proclamó una «República» constituida como «Estado independiente y soberano», con el apoyo de 70 diputados de un total de 135.
Previamente, la mayoría de los diputados de la oposición abandonaron la cámara, en señal de protesta, porque los servicios jurídicos de la Cámara habían advertido que esa votación era ilegal.
Con los poderes otorgados por el Senado, Rajoy destituyó al gobierno regional y disolvió el Parlament para restablecer el orden constitucional, en virtud del artículo 155 de la Carta Magna.
El reconocimiento internacional de un Estado catalán era un aspecto esencial de los planes de las autoridades independentistas, pero no se ha producido ese hecho, sino, por el contrario, la Unión Europea y todos los pronunciamientos de países con los que España tienen relaciones diplomáticas fueron de rechazo a la independencia y para instar a una salida pacífica del conflicto político.
