Rusia ha sido sin duda la ganadora global del reciente Campeonato Mundial de Ajedrez Rápido y Relámpago, tanto por la organización del evento como por sus dos triunfos individuales, uno en cada categoría, masculino, Daniil Dubov en rápidas y femenino, Katerina Lagno en relámpago.
El presidente de la Federación Internacional de Ajedrez (FIDE), Arkady Dvorkovich, se apuntó un tanto al llevar la sede del campeonato de Arabia Saudí a San Petersburgo. Aunque ya se sabía desde que fue elegido, a primeros de octubre, que no se iba a celebrar en Riad, no oficializó hasta el 3 de diciembre que sería la ciudad rusa la nominada para albergar el torneo.
El campeonato disputado en el centro de exposiciones Manege de San Petersburgo llevó el nombre de rey saudí Salmán, aunque la aportación fue la mitad que si se hubiera disputado como el año pasado, y con gran polémica, en Riad. Esto motivó que en las recepciones oficiales no hubiera ni cerdo, ni alcohol, algo chocante sin duda para la Rusia de Putin, país que es el quinto más bebedor del mundo con doce litros por persona.
La FIDE, con el tecnócrata ruso a la cabeza, apuesta por captar patrocinadores que pretendan invertir online porque es evidente que un aficionado interesado puede quedarse más a seguir una partida de veinte minutos que otra de tres horas y media. El ritmo rápido es muy atractivo para ver, comentar y seguir.
Además, a sabiendas del mercado online que sigue el ajedrez, la FIDE resolvió que desde San Petersburgo, además de en ruso y en inglés, hubiera un streaming (transmisión en directo) oficial en español.
Dvorkovich es claro en sus planteamientos: “Rusia es un país con una gran tradición de ajedrez…si tengo un problema para organizar un torneo, Rusia siempre puede ayudar” siendo su objetivo multiplicar por diez el actual presupuesto de la federación internacional que es de 5,5 millones de euros para 2019.
Resultados deportivos
En lo que hace referencia a lo estrictamente deportivo, el ruso Daniil Dubov ganó el torneo de partidas rápidas y se lo dedicó a su abuelo, fallecido en trágicas circunstancias. Aunque dudó en presentarse, al final lo hizo, y en un alarde de justicia poética, lo hizo para ganar, y como había soñado ser recordado por él mismo y no como “el abuelo de Dubov”.
El ruso, de origen judío, terminó imbatido con siete victorias y ocho empates y recibió la entusiasta felicitación de Vladimir Putin, quien tras el fiasco de la pasada Olimpiada por fin se llevó una alegría.
Dubov además hizo tablas con el hasta entonces campeón mundial de rápidas, el noruego Magnus Carlsen tras 26 movimientos. “Es difícil jugar contra alguien que conoce todo su repertorio”, declaró el noruego, ya que contó con su rival en su equipo de asesores en su reciente disputa del campeonato mundial de ajedrez clásico ante Caruana.
Tras el ruso se clasificaron el azerí Shakhriyar Mamedyarov y el estadounidense Hikaru Nakamura, y ya fuera del podio, el ruso Vladislav Artemiev y el noruego Magnus Carlsen –perdió tres partidas- “Jugué como un cuervo”, reconoció y es que perdió las dos primeras con rivales menores.
Pero sin duda, la mayor sorpresa fue el gran maestro iraní Alireza Firouzja, de quince años, quien partió del número 169, con un Elo en partidas rápidas de 2412 y 2607 en el clásico, que acabó en sexta posición.
En cuanto a los españoles David Antón –campeón español en rápidas en 2018 con un Elo de 2652 puntos- fue el mejor clasificado en esa categoría, rápidas, el catorce y fue 66 en relámpago. El ourensano Iván Salgado aunque planteó batalla con Carlsen al final acabó perdiendo. En mujeres destacar a Marta García, 21 en rápidas y 73 relámpago.
En cuanto al campeonato relámpago Carlsen, quien falló una vez, no podía dos, así que logró el primer puesto invicto y de forma contundente -13 victorias y 8 empates-, siendo su cuarto título en esta categoría tras los de 2009, 2014 y el año pasado 2017.
Subcampeón fue el polaco Jan Krystof Duda, de veintidós años, trece en la categoría de rápidas y que ya desempeñara un gran papel en las pasadas Olimpiadas colaborando para que su país terminara en cuarta posición. Logró el título de gran maestro con quince años, obteniendo antes el Campeonato del Mundo Sub8 el subcampeonato de sub10 y el título de rápidas en Europa a los 16 años. El año 2018 ganó el Campeonato de Polonia. Nacido en Cracovia tiene un Elo de 2740.
Mientras Nakamura, al igual que en rápidas, obtuvo el tercer puesto, el único que repitió podio y el que mostró más regularidad en ambas categorías –empató con Carlsen-. El cuarto, el armenio Levon Aronian.
También entre las mujeres la sorpresa fue iraní, Sara Khadem (en realidad su nombre completo es Sarasadat Khademalsharieh) obtuvo el subcampeonato en ambas competiciones –ya hace casi dos años fue portada en la prensa de su país-.
En las rápidas la ganadora fue la china, recién campeona del mundo en categoría de ajedrez clásico, Ju Wenjun. La tercera fue la rusa Alexandra Goryachkina, seguida por la ucraniana Anna Muzychuk, que no acudió el año pasado a Arabia Saudí, por no compartir la elección de la sede, y terminó cuarta.
En relámpago, el triunfo fue ruso, la subcampeona mundial Katerina Lagno, de 29 años, se impuso a la iraní siendo el tercer puesto para la china Lei Tingjie.
Un total de 206 hombres y 124 mujeres fueron a San Petersburgo a jugar al ajedrez en los cuatro torneos, abierto y femenino en ambas categorías, rápidas y relámpago, con un total de un millón de dólares en premios globales. Cada campeonato tuvo 350 000 dólares en premios, de los cuales 60 000 fueron para el campeón. En cambio, cada Mundial femenino repartió 150 000 dólares (40 000 para cada ganadora).
Las partidas rápidas, 15 minutos por jugador, con 10 segundos de incremento por movida y relámpago (blitz, en Italia, flash), con 3 minutos y dos segundos por movida. El torneo masculino o abierto de partidas rápidas se disputó a quince rondas, entre el miércoles 25 y el viernes 28, mientras que hubo 21 juegos blitz el sábado 29 y el domingo 30. En el lado femenino, 12 partidas rápidas y 17 a ritmo relámpago.
Por último citar que el cuatro veces campeón del mundo, Magnus Carlsen, ya ha abierto el debate de los cambios en el formato del Campeonato del Mundo clásico y amenaza, cual Fischer, en no presentarse a renovar la corona mundial en 2020 si las modificaciones no le satisfacen. En concreto, quiere fusionar el ajedrez clásico con el rápido con cuatro partidas cada una añadiendo que el ajedrez rápido y relámpago “son tan valiosos como el clásico”.