Los combates entre fuerzas saharauis del Frente Polisario y el ejército marroquí se han desarrollado durante toda la jornada del sábado, y en especial, en el área donde se iniciaron, en el sur del Sáhara en la franja de cinco kilómetros entre Guerguerat y la frontera mauritana.
En la zona que se encuentra fuera del muro que divide el territorio, Marruecos construyó puestos de vigilancia queriendo reanudar el tráfico de camiones y mercancías, cuestión que no se ha producido. Marruecos viola así el acuerdo de 1991 invadiendo una zona y construyendo unos puestos lo que viola el acuerdo de alto el fuego establecido.
Marruecos no se ha pronunciado sobre el fin del alto al fuego anunciado por la República Árabe Democrática Saharaui (RASD) si bien ha admitido, a través de una publicación militar, el inicio de combates aunque la agencia oficial marroquí Map ha negado que exista enfrentamiento alguno.
Además se ha producido intercambio artillero a través de la zona del muro que separa el Sahara en concreto en Mahbes y Auserd, que ya se iniciaron ayer viernes, así como también en Hausa y Farsia, según fuentes saharauis.
El delegado de la agencia Efe en Rabat, escribió en una red social que, tras tres horas de espera, Marruecos le impidió entrar en la zona del Guerguerat, al igual que a otros periodistas extranjeros, cuestión que sí se permitió a dos medios marroquíes cercanos al Majzén.
Por otra parte, se ha producido una dura represión en el territorio saharaui que controla Marruecos, en las ciudades de El Aaiún y Smara. Decenas de vehículos armados se han desplegado por las ciudades para sofocar cualquier protesta en las calles y ya se habían producido detenciones de activistas prosaharauis.
Las autoridades marroquíes han reconocido los incidentes de orden público pero han criticado que hayan participado menores. Los participantes denunciaron el ataque en Guerguerat y apoyaron al Polisario.
También en España se produjeron manifestaciones en apoyo del Sahara en distintas ciudades. En Madrid se manifestaron ante la sede del Ministerio de Asuntos Exteriores con la intervención del delegado de la RASD en España, Abdulah Arabi.