Si salvar la Navidad consiste en arriesgar la vida pudiendo contagiarnos y contagiar, solo existe una opción cuidarnos y evitar los contactos en espacios cerrados, y más, cuanto más próximas estén las fechas de reunión típicas de estos días señalados. Algo como lo que se ha propuesto en Alemania, o sea un confinamiento con más prudencia que lo que se propone aquí, para no asumir tan panchos la tercera ola…
Hay quienes hemos perdido a nuestros padres en esta pandemia, y no queremos que otros padres, abuelos y abuelas, hijos e hijas, tíos, primas… puedan ser contagiadas y contagiados, y mucho menos que puedan ponerse graves e incluso morir. Conviene recordar que siguen muriendo personas unas 300 y pico todos los días, ¡a mi si me importan!
El virus mata, ¡nos han dejado tantas personas con sus nombres y apellidos…! Cada una con su historia vital, de experiencias compartidas con familias ahora “rotas”… perdieron la vida, pasando la enfermedad en la soledad de un hospital en el mejor de los casos, sin ver la cara de las únicas personas que los atendían y cuidaban. Hubo quienes lo superaron y lo superan, pero otros muchos no lo consiguieron y se siguen yendo… por no hablar de los traumas que ha acarreado en quienes siguen al pie del cañón.
Esto está dedicado a quienes todavía creen que esto del virus y la pandemia del COVID-19 es una chorrada, por lo que siguen yendo sin mascarilla por la calle, entran a lugares públicos sin mascarilla, porque ellos lo valen (una catalina de las grandes, por cierto), y a todos quienes se creen que son infalibles y que esto no va con ellos, ni ellas.
Seamos realistas, esto no ha terminado las UCIs son limitadas, en España el personal sanitario público escasea y por desgracia, ese maldito virus sigue por ahí deseando propagarse…
SALVAR LA NAVIDAD Y EPITAFIO
Querer salvar la Navidad este año, presagia
que te prepares para la última vez que me contagias.