Segunda residencias en España: ¿mar o montaña?

Disfrutar de una segunda vivienda para pasar los fines de semana, las vacaciones o largas temporadas al año, ya sea en la playa, el campo o el pueblo de origen, es una costumbre muy enraizada de muchas familias españolas ya que un 14,3 por ciento de los hogares son dueños de una segunda residencia para uso personal, el doble que en Francia (6,4 por ciento) o Italia (7,5 por ciento)

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Manilva Málaga España

¿Dónde se encuentran? ¿Qué tipo de hogares las poseen?, son preguntas a las que responde un informe de la economista Judit Montoriol-Garriga para Caixabank

Málaga es un destino muy diversificado. De hecho, ahí tienen una segunda vivienda residentes de todas las provincias españolas, empezando por madrileños (24 por ciento), malagueños (19 por ciento), cordobeses (12 por ciento) y sevillanos (6,7por ciento) datos que pueden derivar de la calidad de la oferta, como puede apreciarse en este enlace de viviendas en venta en Manilva.

Una segunda residencia no solo permite el disfrute de los servicios de la vivienda para uno mismo, sino que, al tratarse también de una inversión, contribuye a la acumulación de riqueza de los hogares, un aspecto que puede ser muy provechoso de cara a la jubilación.

Por otra parte, la demanda de segundas residencias condiciona las dinámicas del mercado inmobiliario en las zonas que presentan una elevada concentración de esta tipología de vivienda, como puede apreciarse en esta oferta de pisos en Manilva a la venta.

El mercado de segundas residencias empezó a florecer en España durante las décadas de los años setenta y los ochenta, coincidiendo con un notable aumento del nivel de vida de la clase media, fuertes migraciones de trabajadores del campo hacia la ciudad (las viviendas en el pueblo de origen pasaban a ser segundas residencias) y una mayor apertura de la economía española (gran parte de segundas residencias fueron adquiridas por extranjeros).

En los últimos tiempos, el aumento de la urbanización, el incremento del tiempo que dedicamos al ocio y la mejora de las comunicaciones contribuyeron al auge de las segundas residencias en las áreas de influencia de las grandes ciudades, especialmente en Madrid y Barcelona, pero también en zonas de gran atractivo turístico (destinos de playa, mayoritariamente, y también algunos destinos de montaña).

En España hay 3,7 millones de segundas residencias, lo que representa un 14,6 por ciento del parque de viviendas total, según datos del censo de viviendas de 2011, que clasificaba todas las viviendas del territorio nacional en principales, secundarias o vacías.

Edad, situación económica del hogar y PIB per cápita de la provincia de residencia son los principales factores que inciden en la decisión de adquirir una segunda residencia: uno de cada cinco hogares madrileños cuenta con una segunda residencia, comparado con uno de cada veinte hogares gaditanos o pacenses

La edad de la persona de referencia del hogar es uno de los principales factores que determina la tenencia de una segunda residencia. De hecho, se observa un marcado ciclo vital: a partir de los 35-40 años, aumenta gradualmente la proporción de hogares con una segunda residencia, hasta alcanzar alrededor del 20 por ciento de los hogares cerca de la edad de jubilación (65 años). A partir de entonces, el porcentaje de hogares con una segunda residencia se va reduciendo de forma algo pronunciada.

Según datos internos de CaixaBank, la edad promedio en la que se adquiere una segunda residencia ha aumentado de 41,6 años en 2009 a 47,6 años en 2019 un hecho que posiblemente refleje la mayor dificultad económica que padecen los jóvenes adultos en la actualidad, así como un cambio de preferencias en lo que se refiere al ocio (visitar otros lugares en lugar de veranear en un mismo sitio, por ejemplo) y al uso frente a la propiedad.

La situación económica de los hogares es, sin lugar a dudas, otro factor muy relevante, pues generalmente los hogares adquieren primero su residencia principal y, solo cuando tienen suficiente holgura económica, optan por una segunda vivienda.

Por otro lado, a nivel provincial también se observa una clara relación positiva entre el PIB per cápita y el porcentaje de hogares con una segunda residencia (ya sea en la provincia donde residen habitualmente o en otra). Destaca Madrid, la segunda provincia en términos de PIB per cápita de España y donde un 21,1 por ciento de los hogares cuentan con una segunda residencia (un 91 por ciento de ellos en otra provincia).

La mayor parte de las segundas residencias están situadas en la costa mediterránea. Alicante es la provincia que concentra un mayor número de segundas residencias, y le siguen Valencia y Málaga.

Otras provincias costeras como Gerona, Tarragona, Murcia, Castellón o Cádiz también ocupan un lugar destacado en el ranking de segundas residencias. En cambio, sorprende la ausencia de las Canarias y las Islas Baleares en la cabeza de la clasificación. Posiblemente, su insularidad y el mayor coste de transporte desde la península expliquen que la mayor parte de turistas que visitan estos destinos opten por los alojamientos turísticos en lugar de disponer de una segunda residencia en los archipiélagos.

Además de la costa, las segundas residencias abundan en provincias interiores. Ávila, Teruel, Soria, Segovia, Cuenca y Guadalajara son las seis provincias con un mayor peso de las segundas residencias sobre el parque de viviendas provincial. Posiblemente el origen de muchas de estas segundas residencias sea el fenómeno migratorio del campo a la ciudad.

Los datos del censo de los hogares permiten cruzar el lugar de residencia habitual del hogar con la localización de su segunda residencia.

Málaga es un destino muy diversificado. De hecho, ahí tienen una segunda vivienda residentes de todas las provincias españolas, empezando por madrileños (24 por ciento), malagueños (19 24 por ciento), cordobeses (12 24 por ciento) y sevillanos (6,7 24 por ciento).

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