Estudios científicos han identificado el perfil nutricional y los compuestos encontrados en las semilla y aceite de chía que tienen efectos cardioprotectores y también reducen por tanto la hipertensión.
Las semillas de Chía, (Salvia Hispanica, Lamiaceae) son originarias de México, Nicaragua y Guatemala y han sido un suplemento nutricional durante siglos en estos países. Debido a sus propiedades se ha puesto de moda añadirlas en la dieta para mantener a raya determinadas enfermedades y sobre todo, por los beneficios para la salud pero no es oro todo lo que reluce.
Contienen diversos fitoquímicos que son beneficiosos como proteína, con todos los aminoácidos esenciales, por lo cual se considera proteína completa, además de contener ácidos grasos omega 3, fibra, vitaminas y minerales y un potente antioxidante. Las semillas y por tanto, su aceite, proporcionan una gran riqueza de ácidos grasos poliinsaturados entre los que predomina el ácido alfa linolénico así como un menor contendo de ácido linoléico (omega 6) y oléico.
La digestibilidad de las proteínas de la chia es superior a las que proporcionan el amaranto o la quinoa; muy de moda también en las dietas vegetarianas. Es importante resaltar la riqueza de fibra, un 40 % cada 30 grms. por lo cual es suficiente ingerirla como fibra diaria para mantener la salud gastrointestinal y digestiva. Los antioxidantes que presentan las semillas de chia están presentes en los polifenoles.
Recientes investigaciones del año 16 justifican las cualidades de las semilllas de chía y especifican que no solo protege de los daños cardiovasculares de la hipertensión sino que atenúa los otros factores de riesgo como son la diabetes 2, dislipidemia y la obesidad. Hay que destacar que es un complemento de la dieta y en ningún caso hace milagros si no nos cuidamos a la hora de ingerir los nutrientes adecuados.
Entre los bulos que corren acerca de las propiedades de la chía está que reduce el colesterol e incrementa el tamaño de los músculos; ambas cosas son mentira. Tampoco erradica el cáncer ni elimina la grasa parda acumulada.
Como todos los suplementos que podemos ingerir, si no lo hacemos con mesura, y sobre todo, si los tomamos sin consultarlo con nuestro médico puede proporcionarnos un exceso de inflamación y distensión abdominal; malestar gastrointestinal; reducción de la absorción del cálcio y hierro así como de otros minerales que nuestro cuerpo necesita. A todo ello, debemos sumarle las calorías de más que ingeriremos; 100 gramos de chía son 500 kcal. con lo cual hay que pensarse bien qué cantidad debemos tomar al día; un cucharadita de café rasa es suficiente.
Si se ingieren otros fármacos, puede incrementar el riesgo de hemorragias por su función anticoagulante; así que siempre, consulte con el médico a la hora de añadir las bondades de la chía a su dieta. Están totalmente desaconsejadas en personas con estreñimiento crónico y diverticulitis