Esta primera semana de enero, al sentarnos en la mesa de trabajo delante del ordenador, hemos sentido una ausencia que nos complica la vida, al comprobar que no teníamos a la vista el calendario nos enviaban por Navidad las peñas del pueblo, y que la almohadilla calendario para el ratón del concesionario de coches ha caducado, y que en menos de 30 días perderemos también la referencia del mes siguiente que, aunque en miniatura, nos sirve para salvar temporalmente la situación.
Es cierto que si entendemos un poco de informática de usuario, podemos configurar la pantalla para que nos ofrezca datos de la fecha y hora que vivimos, y que si somos usuarios avanzados también podremos activar algún tipo de agenda digital que nos permita ver en qué día caerá una determinada fecha o cuándo podemos asumir un compromiso social, pero enseguida somos conscientes que la inmediatez que nos daba para situarnos el calendario mural o el de mesa la hemos perdido, y no queda otro remedio que buscar soluciones.
Mientras nos preparamos para echarnos a la calle a buscar un comercio o una industria que nos proporcione una solución, no podemos por menos que recordar esos momentos en que los proveedores o empresas de servicios de nuestro entorno nos facilitaban la vida con sus calendarios, pero también con sus pegatinas o imanes para tener a la vista el contacto necesario en el momento oportuno.
Al revisar el tarjetero para recordar contactos que nos puedan resolver el problema, tomamos conciencia también de que han disminuido las cartas recibidas estas navidades en las que se nos deseaban éxitos en este nuevo año y se acompañaban las tarjetas de los directivos y comerciales con datos actualizados.
Resumiendo, vivimos momentos de desolación al comprobar que el correo electrónico y los sitios web nos han hecho perder el contacto personal, y nos viene a la memoria la página en internet de Soloimprenta, la imprenta digital a la que encargamos nuestras tarjetas de visita, conscientes de que el tiempo transcurrido desde nuestro último pedido indica que hemos reducido nuestra propia visibilidad ante nuestros clientes, y que alguno de ellos puede estar ahora pensando en cómo contactar con esa consultora que les solucionaba la comunicación directa con sus asociados, porque los mensajes online pueden ser un complemento, pero no van a sustituir una relación más personalizada.
Y descubrimos, esperemos que no demasiado tarde, que en el blog de Soloimprenta se nos ofrecen ideas y consejos, no solo para regalar calendarios personalizados a nuestros contactos y clientes, problema que ha motivado esta reflexión, sino para mantener una relación más fluida y constante, y apreciamos con claridad por qué elegimos con más frecuencia un restaurante que presenta su carta con algún elemento de originalidad o que nos simplifica las opciones de comida o cena; o por qué hemos guardado ese díptico publicitario que hemos encontrado en el mostrador por si nos puede ser útil en el futuro; o por qué recordamos con simpatía algunas pegatinas. Y cómo no, recordamos la buena impresión que nos produce recibir información en soportes de papel de calidad, porque la solvencia de una empresa o negocio debe apreciarse en todas sus manifestaciones.