Añadamos, y no como consejo, sino como modelo de actitud, cada vez que podamos, desde el objetivo primordial de compartir.
El ser humano precisa del conjunto para ser fuerte, para aprender, para aprovechar la experiencia, para conversar sobre lo que hacemos bien y mal, para tomar opciones que nos permitan la firmeza y la voluntad que necesitamos para salir adelante. Presentemos, en paralelo, lo sencillo desde la recomendación de una fórmula con más brazos.
Hay personas, oportunidades, invitaciones, hechos, conceptos, leyendas, realidades, consideraciones, recurrencias, acontecimientos cotidianos o excepcionales, que nos invitan a lo contrario: a vivir en soledad, esto es, a andar en pos de lo individual.
Reconociendo el valor de cada cual, hemos de vislumbrar que la unidad nos da más posibilidades de futuro. Pensemos que juntos podemos solventar mejor los errores e identificar de manera más óptima todo aquello que se complete con aciertos desde los buenos inicios, que también se producen.
Rememoremos que el progreso, la ciencia, la investigación y las construcciones vienen de la disponibilidad de la sabiduría y de la experiencia de los otros, de los que han sido, de los que son, y, por supuesto, de cuantos serán.
Ver entre varios nos ayuda a que las sombras sean menos y a que las luces sean más intensas y brillantes. Además, lo relativo se percibe más convenientemente cuando nos regalan otros sus análisis y perspectivas. Por si esto que glosamos fuera poco, la suma siempre es más entretenida.