Las políticas de disparar en el acto serían impensables en Norteamérica o Europa
Survival International ha pedido a la relatora especial de la ONU sobre ejecuciones extrajudiciales, Agnes Callamard, que condene las políticas conservacionistas de disparar en el acto, porque “afectan directamente a los indígenas que viven en ‘áreas protegidas’ o zonas adyacentes (…) particularmente cuando los guardaparques a menudo no distinguen entre cazadores de subsistencia y cazadores furtivos comerciales”.
Survival señala que “nadie sabe cuándo se permite a los guardaparques utilizar la fuerza letal [contra sospechosos de caza furtiva], y es imposible para los subordinados pedir que rindan cuentas los funcionarios que piensan que han matado sin una buena razón. Muchos países han ido más allá y han concedido a los guardaparques inmunidad frente a enjuiciamientos”.
La petición menciona como ejemplo llamativo de esta práctica lo que sucede en el Parque Nacional de Kaziranga en la India. Según un reciente reportaje de la BBC, se estima que unas 106 personas han sido ejecutadas extrajudicialmente en el parque en los últimos veinte años, incluido un hombre indígena con discapacidad que merodeaba por los límites del parque en busca de ganado extraviado.
Los guardaparques de Kaziranga tienen inmunidad legal efectiva frente a enjuiciamientos y han admitido que se les instruye a disparar en el acto contra sospechosos de caza furtiva. Esto tiene graves consecuencias para los pueblos indígenas y tribales que viven alrededor del parque. En junio de 2016 los guardaparques dispararon a un niño de siete años y lo mutilaron de por vida.
En otras partes del mundo se están aplicando políticas similares, especialmente en Kenia, Tanzania y Botsuana, entre otros países africanos.
Según declaraciones del experto en caza furtiva Rory Young, de la organización Chengeta, acerca de su propio trabajo para combatir el furtivismo en África: “Disparar en el acto es estúpido. Si hubiéramos disparado en el acto durante esta última operación encubierta habríamos pegado tiros a un puñado de furtivos y ahí habría acabado todo. Cada furtivo ofrece una oportunidad de conseguir información para capturar a más cazadores furtivos e ir tensando la cuerda hasta llegar a los cabecillas”.
Survival ha pedido a la relatora especial que aclare que disparar en el acto viola derechos fundamentales garantizados por el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos de la ONU y otras convenciones internacionales. Asimismo, ha apremiado a Naciones Unidas a preguntar sobre esta política al Gobierno de la India y al gobierno estatal de Assam, donde se ubica Kaziranga.
La política de disparar en el acto busca justificarse sobre la base de que ayuda a disuadir a los cazadores furtivos. Sin embargo, se han dado varios casos recientes de guardaparques y funcionarios en Kaziranga que han sido arrestados por su implicación en el comercio ilegal de fauna silvestre.
Survival International reclama un nuevo modelo de conservación de la naturaleza que respete a los pueblos indígenas y tribales: «perseguir a los indígenas desvía la atención y evita que se actúe contra los verdaderos furtivos: criminales que conspiran junto a funcionarios corruptos. Perseguir a los indígenas perjudica la conservación de la naturaleza».
El director de Survival International, Stephen Corry, declaró: “Si la culpable de este nivel de abusos contra los derechos humanos fuera cualquier otra industria, se desataría la indignación internacional. ¿Por qué este silencio cuando los que están involucrados son conservacionistas? La tortura y la ejecución extrajudicial nunca están justificadas: la ley es clara al respecto. Algunas personas piensan que la muerte de inocentes está justificada, que los ‘daños colaterales’ son necesarios en la lucha contra la caza furtiva. Y nosotros les preguntamos: ¿dónde está vuestra humanidad? Aquí, por supuesto, entra en juego un elemento racista, y es que las políticas de disparar en el acto serían impensables en Norteamérica o Europa”.