El teatro Cervantes de Tánger fue nominado para su inclusión en el programa ‘2018 World Monuments Watch’, que organiza cada dos años la institución World Monuments Fund (WMF), con sede en Nueva York y creada en 1965, dedicada a la protección, recuperación y defensa del patrimonio histórico.
Cada dos años desde 1996, el World Monuments Watch atrae la atención de la comunidad internacional hacia distintos sitios del patrimonio cultural que se encuentran en riesgo debido a las fuerzas de la naturaleza o el impacto de los cambios sociales, políticos y económicos.
El World Monuments Watch es el programa estrella de defensa del patrimonio de la WMF y como tal, ejemplifica el compromiso con fomentar una adecuada gestión del mismo, promover la colaboración entre distintas instituciones implicadas y avanzar en la ciencia de la conservación del patrimonio.
Desde su creación, el World Monuments Watch ha incluido 790 sitios en 135 países y territorios distribuidos por todo el mundo.
La propuesta partió de la pintora y socia de la Asociación Española de Pintores y Escultores (AEPE), Consuelo Hernández, quien estuvo en Tánger durante seis años como catedrática de Lengua y literatura española del Instituto Severo Ochoa.
En aquella etapa ya dejó constancia como parte de su obra del teatro Cervantes en lienzos y tablas, reflejando el abandono de una auténtica joya de la arquitectura modernista construida por el matrimonio español afincado en Tánger, Manuel Peña-Esperanza Orellana en 1913, hace más de un siglo.
Hernández recibió la propuesta para que se incluyera el teatro Cervantes para la nominación, y considera que “este podría ser el impulso definitivo para el entendimiento y acuerdo entre ambos estados”, España y Marruecos. Como se recordará el teatro está pendiente del acuerdo de cesión que aún no se ha concretado.
En el año 2013, con motivo de la celebración del Centenario del teatro, Hernández editó el libro ‘Un escenario en ruinas’ –presentado en Tánger y Madrid, entre otras ciudades- haciendo un llamamiento artístico-literario por la recuperación del Gran Teatro Cervantes de Tánger. La obra contó con la colaboración del dramaturgo Jesús Carazo, el novelista Santiago Martín Guerrero y el poeta marroquí, Mezouar El Idrissi.
La obra incluía cuatro títulos que hacen un recorrido por su historia a lo largo del siglo XX: ‘De la rosa al crisantemo’, relato de Santiago Martín Guerrero; ‘Último verano en el paraíso’, obra de teatro de Jesús Carazo; ‘Habitando la noche’; antología poética, de Mezouar El Idrissi y ‘Pintura, dibujo, collage’, un total de 38 reproducciones en color de las obras dedicadas al Teatro y a Tánger, de Consuelo Hernández.
Entonces también tuvo lugar una exposición realizada en el Instituto Cervantes de Tánger sobre la historia del teatro, que recogía planos y documentos y se hizo un llamamiento dirigido al mundo de la cultura y del arte para rehabilitar este patrimonio español en la ciudad del Estrecho.
Muchas asociaciones como Al Boughaz (El Estrecho, creada por Rachid Tafersiti), que aboga por el respeto del patrimonio tangerino y la asociación española ‘Sostener lo que cae’, que elaboró un proyecto de rehabilitación, también han querido recuperar el teatro para uso como un centro de cultura.
En Marruecos hay ocho sitios incluidos dentro del programa de la WMF, entre los que se encuentra otro en Tánger, en la medina, el antiguo consulado estadounidense, así como el sitio arqueológico de Lixus, en una ciudad del antiguo Protectorado español, Larache; el palmeral y oasis de Figuig; la ciudad medieval bereber de Sijilmasa; así como tres lugares en Fez, ciudad patrimonio de la humanidad por la Unesco: la mezquita Al Azhar; la sinagoga ‘Ibn Danan’ y el complejo de las madrasas –escuelas- de Sahrij y Sbaiyin; así como el sitio arqueológico de Volubilis, cerca de Mequinez, que está incluido también en la lista marroquí de patrimonio de la humanidad.