«The wall[1]» (El muro) es el tercer largometraje de ficción del belga Philippe Van Leeuw, veterano director de fotografía en el cine francés, que se lanzó como director en 2009 con su opera prima «El día en que Dios se fue de viaje», ganadora aquel año del premio Nuevos realizadores del Festival internacional de cine de San Sebastián.
Después de haber abordado en aquella película el conflicto bélico ruandés, Van de Leeuw se interesó en 2017 por la situación en Oriente Medio, con su película «Una familia siria», premio del público en el festival de Berlín.
Con «El muro» (The wall) aborda ahora el tema de la inmigración latinoamericana que cada día intenta pasar la frontera entre México y los Estados Unidos.
Pero si en sus dos anteriores películas se focalizaba sobre el punto de vista de las víctimas en aquellos conflictos, en esta ocasión nos propone la anatomía de esa América xenófoba a través del personaje de una joven policía de la patrulla de fronteras (USBP,Border Patrol) impregnada por ese temor y miedo ancestral por todo lo que viene del extranjero, caldo de cultivo histórico del racismo con lectura universal.
Con un tratamiento de sostenido suspense y thriller psicológico y evitando todo maniqueísmo, busca explicar o tratar de comprender la psicología de esa mujer, mientras que poco a poco la trama se desliza hacia un lado más documental y naturalista con el contrapunto del personaje de José, un viejo indio de la tribu Tohono O’odham en esa región fronteriza del desierto de Arizona (Mike Wilson no es actor e interpreta su propio papel en el seno de esa población indígena, víctima a su vez del racismo ordinario, a pesar de tener la nacionalidad estadounidense).
Sin detenerse en demasiados detalles, Van Leeuw muestra bien el contexto social en esa zona fronteriza, en donde los indios autóctonos ofrecen ayuda humanitaria a los inmigrantes perdidos en el desierto, mientras que brigadas parapoliciales organizan por su parte cacerías de animales, pero también de seres humanos para entregar los «clandestinos» a la Border patrol.
Por su guion, esta película belga me ha hecho pensar en el cine del mexicano Michel Franco, («Daniel y Ana» 2009 y muchas más) pero por su tratamiento está más cerca de películas como «Heli» (2013) o «Los bastardos» (2008) de Amat Escalante, cuya influencia reconoce Van Leeuw.
O también de «Los tres entierros de Melquiades Estrada» de Tommy Lee Jones en su forma de filmar, con esmerada dirección de fotografía, ese mítico y trágico desierto de Arizona, en donde tantos seres humanos han dejado y siguen dejando sus vidas.
Cabe señalar al respecto que en esa América en donde la estatua de la libertad se avergüenza cada día por las violaciones de los derechos humanos más fundamentales, las autoridades negaron a Van Leeuw el permiso de rodar imágenes del muro fronterizo. Las localizaciones se centran así en una zona del Estado en donde las alambradas hacen oficio de frontera.
Un papel a medida para la brillante Vicky Krieps
Con una significativa y dura secuencia que no revelaremos aquí, empieza esta película para mejor situar la frustración psicológica de su contradictorio y sectario personaje.
En su primera mitad esboza el guion la psicología de Jessica, una joven policía evangelista, persuadida de que «todos los inmigrantes son ladrones y violadores» y que se siente investida de una misión de represión casi religiosa y patriótica.
En conflicto con su madre, e influenciada por un padre racista, típico representante de la América de Trump, pero sacudida también por la grave enfermedad de su mejor amiga, Jessica esta presa de sus propias contradicciones e ignorancia.
El papel fue escrito a medida para la excelente y camaleónica actriz germano luxemburguesa Vicky Krieps, a quien hemos visto recientemente en «Hasta el fin del mundo» (2023) de Vigo Mortensen, o en «Phantom Thread» (2017) de Paul Thomas Anderson.
Vicky Krieps es uno de esos rostros de cine que no se olvidan, pero que en la mejor tradición del «Actors Studio» más que Interpretar, encarna y sabe meterse en la piel de sus personajes, utilizando sus propios sentimientos y emociones para apropiarse el papel y dar autenticidad a la ficción.
Su trabajo de actriz profesional encuentra aquí el interesante contrapunto de un no profesional muy carismático en la figura del viejo autóctono, pero también con un panel de no profesionales, tanto en la tribu Tohono como en la Border Patrol, que colaboraron con la película.
Distribuida en toda Francia, pero pocas salas en París, «The wall» es una película que vale la pena ver y defender pues aporta un punto de vista original, a esa temática de la inmigración clandestina hacia los Estados unidos que ha alimentado tantas y tantas películas sobre todo en el cine latinoamericano contemporáneo, sea en el género documental como en la ficción.
- Estrenada en Francia el 18 de diciembre de 2024