En Alaska, en la autopista que lleva a Anchorage, un popular club de strip-tease se ha transformado en iglesia gracias al interés de dos «iluminados»: Linda Dunegan, hija de una de las exbailarinas del local, y el pastor Kenny Menéndez, quien asegura que Dios le ha pedido que funde una iglesia en ese lugar, según la información difundida por el canal estadounidense ABC News.
Para Linda Dunegan, quien se dedica profesionalmente a las inversiones inmobiliarias, la intervención divina ha sido decisiva a la hora de transformar el edificio donde estuvo situado el célebre club «Fantasies on 5th» en un santuario con su púlpito correspondiente: «Esta iglesia ha podido nacer porque yo he rezado durante cinco años», asegura.
La mujer, de origen vietnamita, creció en un pequeño pueblo de Vietnam junto a su madre y su hermana. La madre no pudo casarse porque había dado a luz dos chicas en lugar de un heredero varón; al finalizar la guerra conoció a un estadounidense, se casó con él y la familia se trasladó a vivir a Estados Unidos cuando Linda tenía ocho años. Divorciada después, la madre se trasladó a Anchorage en busca de trabajo y lo encontró como bailarina en los clubes de la zona.
Linda, quien posee un doctorado y ha trabajado en las reservas del ejército del aire y la marina estadounidenses, y en la guardia nacional de Alaska, cuenta que desde muy joven se refugió en la literatura y la religión. Está casada con Gerry Dunegan, con quien comparte la dedicación profesional al sector inmobiliario.
En cuanto al pastor Kenny Menéndez, encargado de la «misión divina de fundar una iglesia», ha declarado a ABS News que cuando visitó por primera vez el local, que tenía la luz cortada, y se encontró con una barra y mesas de bar, barras para los ejercicios de strip-tease de las bailarinas, salas privadas y un escenario, inmediatamente pensó «que muy bien podría ser una iglesia. Solo necesitaba un lifting».
En octubre pasado, a la inauguración de la iglesia, que comparte la acera con un almacén de venta de marihuana y un sex-shop, asistieron 76 personas «la mayoría por curiosidad». Linda Dunegan tiene intención de instalar en la planta superior del edificio las oficinas de la Fundación de ayuda a la infancia que preside.