La rebelión popular de los «gilets jaunes», iniciada en noviembre del 2018 y violentamente reprimida por el gobierno del presidente Macron, ha inspirado y sigue inspirando el trabajo creativo y la reflexión de los documentalistas.
Tras los excelentes «J’veux du soleil» (2019) de Francois Ruffin y Gilles Perret, y «Un pays qui se tiens sage» (2020) de David Dufresne, llega este mes de febrero a las pantallas «Un peuple» de Emmanuel Gras, otra mirada no menos interesante sobre ese movimiento popular espontáneo que reunía corrientes y motivaciones diversas.
Aun fragilizados por sus divisiones internas los «gilets jaunes» y sus manifestaciones semanales perduran y siguen desafiando al poder como símbolo de la inmensa fractura social en Francia acentuada por la política económica antisocial y represiva del presidente Emmanuel Macron.
Si la película de Ruffin y Perret tenia una dimensión mas militante y la de Dufresne estaba mas centrada en el tema de la violencia policial desmesurada, la mirada de Emmanuel Gras prefiere centrarse en la ciudad de Chartres, un foco regional de ese movimiento heterogéneo y por definición muy descentralizado.
No busca Gras un análisis global o político de ese movimiento contestatario, ni una puesta en perspectiva de esa rebelión, sino mas bien una inmersión en un grupo muy concreto de «gilets jaunes» en Chartres, al suroeste de Paris, para aportar su reflexión sobre ese movimiento atravesado por numerosas contradicciones, pero símbolo aun vivo de la injusticia y la fractura social en Francia.
Siendo espontáneo en su origen, ese movimiento que rechazaba toda forma de ‘dirección’ se vio confrontado rápidamente a la necesidad de dotarse de «portavoces» capaces de expresar sus múltiples reivindicaciones en los ‘grandes medios informativos’, que contribuyeron a desacreditarlo y a fomentar las divisiones en su seno.
Al seguir durante meses la acción de ese grupo de «Gilets jaunes» en Chartres, sus discusiones, sus reuniones en las glorietas ocupando carreteras o en los peajes de autopistas, sus manifestaciones en Paris o en Chartres, Emmanuel Gras opta por centrarse en el retrato mas intimo de cuatro personajes, Agnes, Benoit, Nathalie y Allan, representantes de esa lucha colectiva.
La chispa que hizo estallar la cólera popular fue, en 2018, el aumento de una tasa sobre el precio del carburante, ya que un gran numero de franceses que viven en condiciones precarias dependen del uso del automóvil en sus desplazamientos.
Pero a esa primera reivindicación se añadió todo un «cahier de doleances» (lista de demandas reclamando desde la justicia social, al restablecimiento de los servicios públicos, transportes, hospitales, correos o servicios bancarios abandonados en numerosas regiones, al aumento de salarios, o el RIC (Referéndum de iniciativa ciudadana) que denunciaba el carácter antidemocrático del poder político actual, reflejo de la fractura social entre unas elites minoritarias que se enriquecen de forma obscena y la precariedad de los de abajo, un espectro sociológico cada vez más amplio que empieza a afectar seriamente a las clases medias.
La rebelión de los «sin dientes», como diría Francois Hollande, o «de los que no son nada» según la expresión de Macron, tomó por sorpresa a esas elites desconectadas de la miseria cotidiana de sus compatriotas. «Un pueblo» busca comprender mejor las razones de esos cuatro personajes con itinerarios muy diferentes., pero con un denominador común en su lucha por la dignidad, por el derecho inalienable a vivir dignamente de su trabajo.
Personalmente echo de menos una puesta en perspectiva política o un análisis más global de ese heterogéneo movimiento, pero no cabe duda de que es precisamente esa también la calidad de este documental, al presentarnos ese cruce de miradas entre cuatro de sus protagonistas. Su preocupación es mas trasmitir la emoción de esos testimonios humanos, que analizar globalmente la complejidad de ese movimiento.
Sus personajes principales son dos mujeres y dos hombres. Natalie tiene un pasado de sindicalista, decepcionada por las sucesivas derrotas en la lucha contra la «ley trabajo» y es una clara víctima de la crisis económica que afecta a la población con empleos precarios o a los parados. Agnes en ruptura con su familia de origen acomodado, es también una víctima de la precariedad laboral que afecta enormemente a la población femenina, con hijos a cargo. Neófita en política fue afinando sus reivindicaciones contra la injusticia social en contacto con el movimiento.
Ellos son: Benoit, hombre solitario y marginal, con un accidentado recorrido laboral y un enorme carisma. Su gran capacidad para tomar la palabra hizo rápidamente de él uno de los portavoces del grupo de Chartres. Allan es un joven marginal de origen modesto, que rechaza el trabajo asalariado y es el único que expresa una fuerte preocupación ecológica.
Emmanuel Gras, director de fotografía y realizador francés, nacido en 1976, tiene en su haber una larga trayectoria de director de fotografía y de documentalista.
Su documental «Bovines» (2011) fue nominado en los premios Cesar. «Makala» en 2017 documental rodado en el Congo obtuvo el gran premio de la semana de la critica en el festival de Cannes. En 2014 y 2015 fue copresidente de ACID, Asociación de cine independiente.