Una investigación publicada en la revista Nutrients y realizada por expertos de la Universidad San Pablo CEU y la Fundación Española de Nutrición, ha analizado la presencia de azúcares añadidos y de sus sustitutos edulcorantes en cerca de 1.200 productos para la alimentación que contribuyen necesariamente al sobrepeso y a la obesidad de la población además de a desarrollar un mayor riesgo de padecer diabetes.
La Organización Mundial de la Salud (OMS), limitó en 2015 el consumo de azúcares añadidos tanto en niños como en adultos a menos del 10 %, e incluso a menos del 5 % en algunos casos, de la cantidad de energía diaria. Actualmente los productos ultraprocesados, procesados y de comida rápida, producen un aporte extra de azúcar del que realmente no somos conscientes. Esto ha afectado a la dieta y sobre todo a las enfermedades que han debutado en pacientes que no han vigilado su ingesta.
Entre los productos analizados, al menos un 42 % de ellos incluía algún tipo de azúcar añadido y el 10 % presentaba edulcorantes entre sus ingredientes; solamente un 5 % de los productos declararon contener azúcares y edulcorantes de forma conjunta. Esto supone que el 100 % de las bebidas carbonatadas sin azúcar presentan edulcorantes bajos en calorías o sin calorías, un 89 % de dulces o caramelos sin azúcar lo contienen y un 45 % de bebidas de soja, además del 18 % de los yogures y leches fermentadas.
Por otro lado, los refrescos azucarados presentaban el 100 % de los azúcares, así como el 96 % de las bebidas energéticas e isotónicas, el 100 % de los productos de panadería, pastelería, chocolates y helados, y el 96 % de los productos para el desayuno como cereales o mermeladas. De igual forma, presentaban azúcares, el 86 % de las salchichas, tocino, chorizo, salchichón y embutidos tipo chopped. Asimismo hay que comentar que hasta el 14 % de los derivados del pescado lo contenían, así como legumbres y frutas en conserva que presentaron el 70 y 63 %, respectivamente.
En las comidas preparadas el 61 % de los productos contenían azúcares y el 10 % de las hortalizas envasadas también. Los principales edulcorantes encontrados fueron el acesufame K, la sucralosa, el aspartame y el ciclamato. Los azúcares añadidos correspondieron a la sacarosa, la dextrosa, el jarabe de glucosa-fructosa, el caramelo y la miel.
Esta investigación apunta que la ausencia de los niveles y cantidades añadidas de cada uno de ellos en el etiquetado no permite conocer la cantidad de azúcares que se ingieren aunque la legislación europea, recuerdan, no obliga a ello. Aunque la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) y la evidencia científica disponible avalan su seguridad en los niveles añadidos de estos aditivos alimentarios, los datos relativos al consumo de los diferentes tipos de edulcorantes y azúcares contenidos en los alimentos y bebidas comercializados son limitados.
El uso de edulcorantes en alimentos y bebidas como sustitutos del azúcar es una realidad en España en los últimos treinta años, pero esto no ha supuesto que los datos se encuentren recopilados en las Bases de Datos de Composición de Alimentos, las cuales deberían ser actualizadas periódicamente e incluir los edulcorantes y azúcares añadidos para facilitar su evaluación y seguimiento en las encuestas nutricionales, ha resaltado uno de los investigadores.