Una nueva amiga, los duelos a dos son menos

Una historia llena de tópicos de la amistad morbosa entre una mujer y un hombre al que le gusta “parecer una mujer”

Una-nueva-amiga Una nueva amiga, los duelos a dos son menosDespués de la muerte de su mujer, David, un hombre en la treintena que intenta pasar el duelo solo, encerrado en casa con su bebé recién nacido, decide reanudar la antigua costumbre –ignorada durante el matrimonio- de vestirse con ropas de mujer; y no solo eso, al mismo tiempo asume “su lado femenino” y el placer que le proporcionan cosas que se supone dan sentido a la vida de las mujeres, como maquillarse o comprar perfumes y ropa bonita para exhibirla.

Claire, amiga inseparable de la difunta desde la infancia, sumida en una fuerte depresión, descubre el secreto de David, lo comparte acompañándole con la excusa de cuidar del bebé, lo acepta, entre los dos fabrican un personaje nuevo, Virginia. Claire termina dejándose seducir y enamorándose de él/ella porque, para entonces, es un secreto a voces y aparentemente son dos mujeres quienes inician una nueva vida en común.

Todo esto ocurre en un ambiente de alta burguesía, en dos casas de una zona residencial en las afueras de algún sitio que parecen sacadas del catálogo de una inmobiliaria, donde los personajes permanecen encerrados la mayor parte del tiempo.

«Una nueva amiga», película que en el último Festival de San Sebastián consiguió el premio Sebastiane “a la película que mejor refleje los valores y la realidad de lesbianas, gais, transexuales y bisexuales”, basada en la novela «Su nueva amiga» (The New Girlfriend) de la escritora londinense Ruth Rendell (1930), fallecida recientemente a los 85 años -autora de decenas de novelas y relatos policiacos y psicológicos muchos de ellos adaptados al cine-, dirigida por el francés François Ozon (En la casa, Joven y bonita) e interpretada por Romain Duris (Una casa de locos, Los seductores) y Anaïs Demoustier (Las nieves del Kilimanjaro, Quai d’Orsay, Elles) no tiene nada que ver con un relato sobre homosexuales, ni siquiera sobre travestis; es, más bien, la historia llena de tópicos de la amistad morbosa entre una mujer y un hombre al que le gusta “parecer una mujer”, en las antípodas de películas que reflexionaban sobre los géneros y las identidades, como la excelente «Laurence Anyways«, del canadiense Xavier Dolan (2012), o la inteligente y divertida comedia «Los chicos y Guillaume a la mesa«, del también francés Guillaume Gallienne (2013).

El personaje del travesti Virginia es un tanto anticuado para estos tiempos, un tipo de 1,90 metros –especie de síntesis, aunque solo de lejos, de los Jack Lemon y Tony Curtis de Con faldas y a lo loco (1959)-, que a veces olvida afeitarse, lleva lencería de encaje sobre tetas y nalgas de silicona desagradablemente adheridas a la piel, y llora al escuchar en un club nocturno a otro travestido que interpreta algo titulado «Une femme avec toi», de la compositora francesa Nicole Croisille, canción apta para melodrama que muy bien podría formar parte del repertorio musical del cine de Almodovar, donde estaría mucho más justificada.

La mayor parte del peso de la película descansa en Romain Duris, quien evidentemente ha hecho un trabajo concienzudo para meterse en la piel de su personaje; no se puede decir lo mismo de su pareja, Anaïs Demoustier, una guapa pelirroja con estilo cuya especialidad es abrir mucho los ojos, en un gesto mezcla de temor y sorpresa, repetido hasta el aburrimiento a lo largo de las casi dos horas de proyección. Los secundarios carecen de interés.

Mercedes Arancibia
Periodista, libertaria, atea y sentimental. Llevo más de medio siglo trabajando en prensa escrita, RNE y TVE; ahora en publicaciones digitales. He sido redactora, corresponsal, enviada especial, guionista, presentadora y hasta ahora, la única mujer que había dirigido un diario de ámbito nacional (Liberación). En lo que se está dando en llamar “los otros protagonistas de la transición” (que se materializará en un congreso en febrero de 2017), es un honor haber participado en el equipo de la revista B.I.C.I.C.L.E.T.A (Boletín informativo del colectivo internacionalista de comunicaciones libertarias y ecologistas de trabajadores anarcosindicalistas). Cenetista, Socia fundadora de la Unió de Periodistes del País Valencià, que presidí hasta 1984, y Socia Honoraria de Reporteros sin Fronteras.

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