Instrumentalización de la mujer para perpetuar el poder patriarcal.
La sociedad suspende en inteligencia afectiva, pues la violencia de género que se manifiesta en la gran variedad de circunstancias que nos rodean en la vida diaria, vienen marcadas por los roles y estereotipos sexistas, cuyo sello es el poder del hombre sobre el orbe.
En este mundo de usar y tirar, mercantilista, “machocéntrico” hablar de afectividad no entra en los planes del “machopoder”, bueno quizá hablar sí y en determinadas situaciones o circunstancias, porque también hay que disimular para mantener una pose y quedar bien, pero en el fondo la voluntad de arrancar con un simple gesto, es una gesta que no quieren asumir, no vaya a ser que parezcan blandos, o quizá molestar a la fratría del machopoder que tanta complicidad les aporta, para seguir manteniendo una posición hegemónica.
Debería ser una cuestión de Estado la formación afectiva de las personas, para entrenarnos en el reconocimiento de nuestras propias emociones y sentimientos, y el manejo de los mismos, junto con ese mismo reconocimiento en las demás personas, para aprender a relacionarnos en reciprocidad resolviendo los conflictos desde el respeto y la empatía.
Además esta formación debería incluir el desarrollo de la capacidad para motivarnos en nuestra vida, y fomentar nuestras aptitudes para ser personas creativas potenciando el sentido del humor. Todo esto insuflaría valor en las personas.
Evidentemente esto chocaría con la desigualdad y la violencia que causa el ejercicio del poder machista, también colisionaría con la tutorización patriarcal de la mujer y cuestionaría el modelo de roles y estereotipos sexistas que tanto juego perpetuador da a la publicidad cómplice, que también lo es del capitalismo mercantilista.
¿Se quiere hacer? ¿Se quiere prevenir?
Si en este mundo, el respeto a la libertad de la mujer es una lucha sin tregua, el desarrollo de la inteligencia afectiva una misión imposible y el amor un gran desconocido, ¿tendrá algo que ver con el machopoder del machocentrismo instrumentalizador, utilitarista y violento?
«Hoy como ayer, las mujeres deben negarse a ser sumisas y crédulas, pues el disimulo no puede servir a la verdad» Germaine Greer
Menos mal que aún contamos con el arte… aprovechemos el de la voz…