La capital oficiosa del País Vasco, Vitoria-Gazteiz, se ha convertido en una de las ciudades más solidarias con el Sahara. En el Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas celebrado en Ginebra el pasado mes de junio participó su reelegido alcalde, Gorka Urtaran, del Partido Nacionalista Vasco (PNV), quien expuso el compromiso de la ciudad con los refugiados saharauis.
El acto se enmarcaba dentro de las actividades paralelas al plenario de la 41ª sesión del Consejo: «Cuando se nos propuso apoyar una investigación sobre los derechos económicos, sociales y culturales en el Sáhara Occidental ocupado por Marruecos, no dudamos en apoyar esa iniciativa» explica Gorka Urtaran recordando que es sociólogo de profesión.
El alcalde vitoriano acompañó a la Asociación de Amigos de la República Árabe Saharaui Democrática (RASD) en la presentación de la investigación colectiva ‘Una brecha en el muro’ y el corto de animación ‘Un agujero en el muro’, promovido por la Fundación France Libertés-Danielle Mitterrand.
En su exposición estuvo presente, entre otros, el miembro fundador de Equipe Media, Ahmed Ettanji, quien estuvo en la presentación en Madrid del informe de Reporteros sin Fronteras (RSF) ‘Sáhara Occidental, un desierto para el periodismo’.
Asimismo se ha dado a conocer que el Palacio de Congresos de Vitoria acogerá la 44 Conferencia Europea de Apoyo al Pueblo Saharaui (Eucoco) que este año 2019 se celebrará los días 22 y 23 de noviembre tomando así el testigo de Madrid que la albergó el año pasado.
También hay que citar la muestra fotográfica ‘En pie entre polvo y la arena’ de la fotoperiodista alavesa Nuria González. Los jóvenes son los protagonistas de las imágenes tomadas entre 2017 y 2019 en los campamentos de refugiados de Tinduf.
La exposición cuenta con el apoyo de la Agencia Vasca de Cooperación y la ONG Fundación Mundubat.
El alcalde define así a Vitoria-Gasteiz: «aspira a ser una Superciudad europea y no sólo por su compromiso con la sostenibilidad sino también por el profundo respeto a los Derechos Humanos».
Palacio propiedad de Marruecos
Sin embargo, se da una curiosa paradoja en Vitoria como es que un histórico edificio, el Palacio de los Álava-Esquivel, sea propiedad de Marruecos, en concreto de la ciudad de Tánger.
La historia es muy llamativa. El último de sus propietarios fue el segundo Duque de Tovar, Ignacio de Figueroa y Bermejillo (1892-1953) Oficial del ejército, resultó herido de gravedad en la campaña del norte de África. Trasladado al hospital español de Tánger, recibió unos destacados cuidados que le salvaron la vida. En agradecimiento hacia la ciudad del Estrecho y sus habitantes, al morir en 1953 cedió todas sus posesiones a la entonces ciudad internacional de Tánger. Tres años más tarde Marruecos es independiente y en 1960 Tánger se integra plenamente en el reino alauí.
Se trata de un inmueble emblemático ubicado en el casco antiguo, en concreto en la calle Herrería 24-26, de la capital alavesa. Es del siglo XV, -fue construido en 1488- Cuenta con un reloj apresado a un navío inglés el 25 de junio de 1782. El reloj aún es visible, aunque se encuentra en mal estado de conservación al igual que el resto del edificio.
Entre otros, albergó en sus inicios a la influyente familia de los Álava y llegó a ser hospedaje del rey Francisco I de Francia (1494-1547) y del duque de Wellington (1769-1852).
La última noticia que trascendió sobre su propiedad fue hace un año cuando se inició el proceso para que Tánger –cuyos responsables municipales se desplazaron en su día a la ciudad vasca- cediera el Palacio al Reino de Marruecos por un precio simbólico para dar una solución definitiva al problema.
El Gobierno marroquí podría donarlo al Estado español como, por ejemplo, ha sucedido el pasado febrero con la entrega por parte de España del Gran Teatro Cervantes de Tánger –propiedad española desde 1928- a Marruecos que ahora deberá rehabilitarlo.
La situación en Vitoria es a la inversa pero con un matiz, ya que el Consistorio vitoriano ha efectuado obras de mejora en el Palacio que ha debido abonar, pero el abandonado teatro Cervantes de Tánger jamás vio ningún tipo de ayuda por parte del estado marroquí, al contrario, la última inversión de consolidación, un total de 94 134 euros en 2007, fue por parte de España.
Recientemente he visto el edificio del teatro Cervantes, por fuera, por supuesto, ya que no se puede acceder al interior, y su estado es lamentable. Una pena, porque es precioso.