La población civil de Yemen ha sido atacada de nuevo. Al menos 17 personas han muerto, 15 de ellas civiles, y veinte personas han sido heridas, en un ataque de la coalición liderada por Arabia Saudí contra los rebeldes hutíes.
Este nuevo bombardeo en el puerto de Hodeida ha impactado contra varios microbuses. Una ONG noruega, el Consejo noruego para los refugiados, y los hutíes chiitas, han afirmado que los civiles murieron en los ataques aéreos de la coalición que apoya al gobierno de Yemen.
Arabia Saudita encabeza desde marzo de 2015 una coalición militar que ayuda al presidente yemení, Abdo Rabu Mansur Hadi, a detener el avance de los rebeldes hutíes que controlan varias zonas del país, incluida la capital, Saná. Yemen continua en guerra en la peor crisis humanitaria que actualmente existe en el mundo.
A pesar de los esfuerzos de la ONU, que tilda de crímenes de guerra todo lo que acontece, la situación no parece tener visos de solucionarse en breve. A esto hay que sumar el ciclón tropical que ha atravesado el país en estos días, y que ha dejado lluvias torrenciales en una zona afectada ya por la hambruna y el cólera.
La malnutrición llega a niveles alarmantes, ya que cerca de 22 millones de yemenitas dependen de ayuda humanitaria para subsistir. A esto hay que sumar la alerta en torno a la salud mental de los niños que han vivido cerca de 20 000 bombardeos en sus cortas vidas. La exposición a la violencia extrema, la falta de cobertura y apoyo a estos niños, hacen que caigan en cuadros que son difíciles de abordar, porque ni siquiera tienen seguridad en sus respectivas vidas, no aprenden a adquirir las destrezas necesarias para sobrevivir y son los más vulnerables del conflicto. Secuelas que en los años venideros tendrán en relación al estrés postraumático que ya padecen, según informa Save The Children.