Después de los muchos escándalos de acoso y abuso sexual denunciados en la oleada de confesiones en #Metoo, y de acuerdo con la nueva normativa de “buena conducta», la organización que anualmente entrega los premios Oscar del cine anunció, el 3 de mayo de 2018, que dejan de pertenecer a ella el cineasta Roman Polanski y la estrella televisiva Bill Cosby.
“El Consejo de gobernadores de la Academia, reunido el 3 de mayo, ha votado a favor de la expulsión del actor Bill Cosby el realizador Roman Polanski”, explica un comunicado de la Academia, “El Consejo sigue animando a respetar normas éticas que exigen que sus miembros se adecuen a sus valores de respeto de la dignidad humana”.
El jueves 26 de abril de 2018, Bill Cosby, de 80 años, fue considerado culpable de agredir sexualmente en 2004 a la entonces jugadora profesional de baloncesto Andrea Constand. La sentencia definitiva se conocerá en tres meses, y pueden condenarle hasta 30 años de cárcel. Tras el juicio, varias decenas de mujeres le han acusado de abusos en hechos que se remontan a más de treinta años. El actor, también productor y estrella del exitoso show televisivo que llevaba su nombre, ya había sido expulsado de la Academia de Televisión y algunas instituciones, como las universidades de Yale y Temple, han anulado las distinciones que le habían concedido.
En cuanto al caso de Roman Polanski, realizador franco-polaco, su condena se remonta a 1977 cuando fue declarado culpable de haber mantenido relaciones sexuales con la menor Samantha Geimer, quien entonces tenía 13 años. La sentencia fue el resultado de un acuerdo entre las partes, ya que inicialmente las acusaciones contra Polanski eran mucho más graves: violación de una menor a la que previamente administró drogas. El cineasta huyó de Estados Unidos cuando pareció que el juez cambiaba de opinión y pretendía aumentar la pena. La fiscalía de ese país considera que los delitos sexuales no prescriben y cuarenta años después sigue intentado que Polanski regrese a cumplir su condena.
En octubre de 2017, las revelaciones sobre los continuados abusos sexuales del productor Harvey Weinstein –acusado de acosar, agredir sexualmente y violar a un centenar de mujeres, entre ellas actrices como Ashley Judd, Gwyneth Paltrow o Angelina Jolie– provocó un shock en todo el mundo y la creación en Estados Unidos del movimiento #MeToo, que en otros países ha adoptado nombres diversos y en España acaba de iniciar su andadura con el apelativo “Cuéntalo”.
El escándalo desencadenó una marea de revelaciones sobre abusos sexuales cometidos por hombres famosos de la industria de Hollywood que se ha llevado por delante a varios de los acusados, entre ellos el actor Kevin Spacey, sustituido en la última película que ha rodado, “Todo el dinero del mundo”, por Christopher Plummer, en un alarde de montaje que ha introducido al nuevo actor en la totalidad de las escenas rodadas anteriormente por Spacey.
