Llega el día de traer un niño al mundo y con él, la mejor experiencia vital que puedas tener. Su fragilidad, junto a la tuya, y sobre todo, la inexperiencia, te hace tomar medidas del todo, incorrectas, en materia de educación, que harán que mientras vaya creciendo sin límites, cuando llegue la edad adulta sea una persona cruel, incapaz, una que realmente vaga sin rumbo.
Si bien nadie nace sabiendo, lo cierto es que los padres sobreprotectores, los que no saben decir no, hacen que sea en unos años, sus niños sean adultos frágiles, incompetentes, llenos de prejuicios, personas que no saben manejar la frustración ni los tiempos.
Cuando un niño no sabe cuáles son los límites, al final se sale con la suya porque realmente sabe cuáles son los tuyos; cuanto más aprieta, más cedes; no hay que olvidar que las conductas siempre, se mantienen por sus consecuencias.
Ceder a rabietas, consentir todo lo que se le antoja, insultar, tratar mal, vejar, y un sinfín de palabras son situaciones que te serán comunes; cuestiones que quedan huecas en cuanto al desarrollo personal del niño se refiere. Los límites no son negativos, sino por el contrario, son una forma de hacerles comprender que no todo se obtiene, no todo se puede comprar, no todo es cuando ellos dicten. Los niños que aprenden desde pequeños, tienen herramientas suficientes para manejar luego los tiempos, la adolescencia y sobre todo, la edad adulta.
La falta de autoridad lleva consigo la manipulación absoluta de los padres que normalmente ceden a su presión y se convierten en víctimas de su propia educación.
Faltar al respeto siendo infante generará en ellos una falta de valores que luego darán lugar a conductas extremas. La falta de solidaridad, la generosidad, la falta de control de los impulsos, hace que sean luego adultos crueles, jefes incompetentes y personas sin control.
Explicar los porqués, explicar en un tono firme, y dar cuenta de todo lo que se hace tiene una razón, hará que la crianza sea menos dura y posteriormente, la convivencia sea cuanto menos, muy agradable. Esta sería la cara a del disco; la b, comienza con los problemas que se le causan indirectamente al niños referidos a su autoestima y al desarrollo de su personalidad, niños inútiles que siempre son dependientes de los padres; niños que no tienen proyectos, que no saben jugar, que siempre tienen miedo a emprender algo desconocido.
Niños sin creatividad y con un egocentrismo absoluto; niños poco empáticos, miedosos, insatisfechos, niños que sufren en definitiva.
Fomentar su autonomía personal, darles responsabilidades en casa, activar su potencial incitándoles a mostrarnos sus aptitudes, ofrecerles planes que les entusiasme o alabar sus cualidades, invitarles al juego, hará que tengan confianza en sí mismos y que crezcan sanos. Nunca es tarde para empezar si bien, cuando ya llega la adolescencia, si usted no ha logrado indicarles el camino correcto, posiblemente tenga problemas durante cerca de una década con ellos y posteriormente verá a esos adultos frustrados, incapaces de seguir si usted no les dice, sigue. Si llega a sortear esa crisis, será un afortunado que ha sabido poner límites; en definitiva, ha sabido educar.
El no a tiempo, siempre es un éxito en el desarrollo personal de un ser humano.
Es una opción, pero no es la mejor necesariamente. Es muy duro formar y más duro es poner límites. Si ellos saben que se los pueden saltar está perdido. No se deje manipular; mientras ellos crecen, el responsable de su desarrollo personal es usted, así que la pelota, sigue en su tejado; al menos en los primeros años de vida; luego, estará todo el pescado vendido.