La crisis educativa en los menores por la tecnología

Si deseamos que nuestros hijos se preparen para afrontar otras cuestiones de la vida, debemos enfrentarlos al mundo off line, al real, con el que se van a relacionar el día de mañana.

La investigadora educativa Catherine L´Ecuyer advierte de «las serias consecuencias entre la tecnología y la infancia o adolescencia y sostiene que en la educación hay que priorizar el descubrimiento y la invención. Los niños aprenden de sus interacciones con los seres humanos, no con las pantallas», añade en un reportaje realizado para El Mundo.

«No hay dispositivo electrónico que iguale esta experiencia. El móvil y las tabletas, sugieren fascinación al infante y no es realmente una atención sostenida» argumenta la científica L´Ecuyer.

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Continúa su explicación diciendo: «en esa edad, no se han desarrollado correctamente porque es imposible, la templanza y la fortaleza, y por ello, todo les fascina, son pasivos ante los estímulos novedosos, frecuentes e intermitentes. Buscar permanentemente sensaciones nuevas es generar expectación, no atención. Las adicciones, la inatención, la disminución del vocabulario, la falta de control de los impulsos, el fracaso escolar, la pérdida de interés por la lectura, el juego, junto a otras patologías que luego se ven plasmadas en su relación con sus iguales, son los primeros síntomas de alerta si vemos que nuestro hijo pasa más de las debidas horas mirando una pantalla».

Antes de los dos años no debe jamás entregarle un móvil o tableta a un niño, entre los dos y los cinco, menos de media hora, y así en relación a su edad. No por tener 14 años el adolescente controla lo que ve, el tiempo que le dedica etc. a esa edad, aún tenemos que ser conscientes de los riesgos a los que se ven expuestos sobre todo de cara a las redes sociales, la autoestima y la forma en la que tienen de relacionarse con sus supuestos amigos, millones en algunos casos. La no identificación con sus iguales porque estos son influencers y yo no, hace que en muchos casos se asocie aprender con el fracaso. No disfrutar de un verano de lujo como se proyecta en las redes ni transmitir la idea de felicidad total, hará personas desgraciadas dentro de entornos absolutamente correctos.

Ninguna niñera es más útil que las tabletas pero estas no deben serlo llegado el caso. El niño que se educa comiendo con la tele, que se calma con el móvil y que este llega a ser la causa del chantaje, es un niño que luego desarrollará formas de expresión incorrectas y llegará a sufrir por todo porque no maneje la frustración y será, un adolescente débil.

«Llegado el caso, no debemos prohibir sino enseñar a que las interacciones con personas son más desde luego, más eficaces. Enseñarles a jugar de nuevo o hacerles caso, en el estricto sentido de la palabra, junto con otras alternativas que no hemos probado nunca, será la forma de que ellos comiencen por primera vez, da igual la edad, a gestionar la memoria de trabajo, la planificación, a desarrollar la templanza, la fortaleza y sobre todo, no haremos a las nuevas tecnologías responsables de su formación» apunta Javier Urra, psicólogo.

«Si un adolescente te vende que puede tomar apuntes en clase mientras contesta un WhatsApp o ve un video de YouTube, está practicando la irrelevancia de lo que vive. La llamada multitarea de la que presumen hace que muchos de ellos personas no sepan valorar después qué es importante y qué no. En otras palabras, dado que nunca han fijado la atención, no saben separar el trigo de la paja. Esa oscilación, necesariamente hace que perdamos eficacia y demos lugar a que todo lo que hagamos sea superficial, a que nada sea importante», añade Urra.

La pérdida de autoridad a la hora de sacar adelante a una persona hace que los padres dejen de ser su referencia, los maestros además no tengan apoyos y todo lo que les importe, ha de salir de la red. Tener autoridad no es tener razón; realmente es mantener la confianza para que el menor siga por los cauces correctos de la admiración hacia el que le enseña.

Al final, llegados al año 18 del siglo XXI los paradigmas siguen volcados en la figura del maestro y de los padres como referencias para aprender, seguir aprendiendo y sobre todo, tener claros los conceptos con los que se van a tener que desarrollar en la vida como personas.

 

Ana De Luis Otero
PhD, Doctora C.C. Información - Periodista - Editora Adjunta de Periodistas en Español - Directora Prensa Social- Máster en Dirección Comercial y Marketing - Exdirectora del diario Qué Dicen - Divulgadora Científica - Profesora Universitaria C.C. de la Información - Fotógrafo - Comprometida con la Discapacidad y la Dependencia. Secretaria General del Consejo Español para la Discapacidad y Dependencia CEDDD.org Presidenta y Fundadora de D.O.C.E. (Discapacitados Otros Ciegos de España) (Baja Visión y enfermedades congénitas que causan Ceguera Legal) asociaciondoce.com - Miembro Consejo Asesor de la Fundación Juan José López-Ibor -fundacionlopezibor.es/quienes-somos/consejo-asesor - Miembro del Comité Asesor de Ética Asistencial Eulen Servicios Sociosanitarios - sociosanitarios.eulen.com/quienes-somos/comite-etica-asistencial - Miembro de The International Media Conferences on Human Rights (United Nations, Switzerland) - Libros: Coautora del libro El Cerebro Religioso junto a la Profesora María Inés López-Ibor. Editorial El País Colección Neurociencia y Psicología https://colecciones.elpais.com/literatura/62-neurociencia-psicologia.html / Autora del Libro Fotografía Social.- Editorial Anaya / Consultora de Comunicación Médica. www.consultoriadecomunicacion.com Actualmente escribo La makila de avellano (poemario) y una novela titulada La Sopa Boba. Contacto Periodistas en Español: [email protected]

2 COMENTARIOS

  1. Ana, todo ese contenido es mío. Se habría agradecido las comillas a lo largo del articulo o una cita del libro del cual se saco el contenido. Gracias.

    • Apreciada Catherine,
      Como habrá leído se le ha citado en el texto nada más comenzar, «La investigadora educativa Catherine L´Ecuyer advierte de los serias consecuencias entre la tecnología y la infancia o adolescencia y sostiene que en la educación hay que priorizar el descubrimiento y la invención. Los niños aprenden de sus interacciones con los seres humanos, no con las pantallas, advierte.» Entono el mea culpa porque no se han puesto las comillas debidamente, por lo cual, le ruego que me disculpe a tal efecto.
      Siento lo sucedido y le agradezco que me lo haya apuntado. Lo voy a enmendar ahora mismo. También cito a Urra en otro párrafo y carece de entrecomillado.

      Atentamente,
      Ana De Luis

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