Fruto del Encuentro de Protección al Menor en Roma convocado por el papa Francisco el pasado febrero, en torno al grave problema de abuso sexual de menores por parte clérigos y agentes de pastoral en el ámbito eclesial, el presidente y el secretario general de la Conferencia Episcopal Mexicana, CEM, Rogelio Cabrera López y Alfonso G. Miranda Guardiola, respectivamente, han presentado un plan de trabajo que contiene cinco objetivos concretos: diagnóstico, prevención, justicia y respuesta, apoyo a víctimas y promover el respeto por la ley.
Diagnóstico
Se trata de dimensionar y transparentar el problema del abuso sexual infantil por parte de clérigos y agentes de pastoral en México.
Así, recopilarán exhaustivamente libros, textos y artículos especializados relativos a la prevención y protección de menores.
Harán el seguimiento e incorporación de los 21 puntos del encuentro de protección de menores en Roma, así como las ocho indicaciones finales del papa Francisco al finalizar el encuentro. Lo mismo harán con los siete puntos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), citados en la reunión de Roma en febrero de 2019.
Prevención
Van a implementar políticas, protocolos, controles y mecanismos institucionales en cada diócesis, con el fin de garantizar que ningún menor de edad vuelva a ser víctima de abuso sexual por parte de clérigos o agentes de pastoral en el entorno eclesial y que todas las instancias eclesiales estén capacitadas para proceder conforme a la legislación canónica y civil, respetando los tiempos de los procesos, cuando se tenga noticia sobre un probable caso de abuso sexual de menores.
Para ello, y apoyados por especialistas, van a reforzar la selección y la formación de los sacerdotes, desde su ingreso al seminario, acompañando su proceso formativo y permanente, a fin de lograr una vivencia plena de su vocación, y de evitar tener sacerdotes que sean o representen un riesgo para los menores y para las personas vulnerables.
El papa Francisco ha dado la indicación de reforzar y verificar las Líneas Guía de las Conferencias Episcopales elevándolas a un rango normativo, no solo indicativo. Ahora la CEM, por una parte, apoyará en capacitación, supervisión y verificación en cada una de las diócesis el cumplimiento de los procedimientos canónicos establecidos, de acuerdo a las Líneas Guías, aprobadas por los obispos de México, y validadas por la Santa Sede; y, por otra, el protocolo de aplicación civil, conforme a la legislación penal de los diferentes Estados de la República.
Además, establecerán comisiones diocesanas (y/o provinciales) de protección de menores para 2019-2020; actualizarán permanentemente Líneas Guía, protocolos, subsidios y manuales, y supervisarán su implementación; diseñarán y establecerán procesos de certificación de sacerdotes, parroquias, seminarios, centros de catequesis, voluntarios, etc.
Por otra parte, van a oficializar y difundir protocolos y textos de prevención, incluyendo la propuesta de parroquia y catequesis seguros, así como especificar y cumplir las normas que rigen el traslado de un seminarista o aspirante religioso de un seminario a otro y de un sacerdote o religioso de una diócesis o congregación a otra. Todo ello incluye seguimiento o supervisión, según corresponda.
También van a establecer rutas por zonas y provincias sobre el trabajo preponderante de capacitación, (incluyendo a los psicólogos), prevención y protección de menores, atendiendo también la cuestión de la sanación, de la mano de organismos eclesiales y sociales especializados.
A lo largo de este año 2019 (o inicios 2020), pondrán en marcha la 1ª Asamblea Nacional de personal responsable a nivel diocesano de la protección de menores, con la participación de expertos laicos.
Justicia y respuesta desde la verdad
La CEM verificará el cumplimiento de la legislación civil y canónica por parte de las instancias responsables en todos los casos de abuso sexual de menores, de los que se tenga o que se llegue a tener registro, a fin de que los probables responsables sean procesados y se repare el daño causado.
Aseguran que “ningún abuso debe ser jamás encubierto ni infravalorado, porque el encubrimiento de los abusos favorece que se extienda el mal y añade un nivel adicional de escándalo” y que van a reforzar el Equipo Nacional de Protección de Menores, con la tarea de monitorear la estrategia y respuesta continua de la Iglesia al problema de abuso sexual de menores.
Van a aprovechar la estructura de las provincias y arzobispados para la asesoría, guía, y atención de este tema, y el Metropolitano puede solicitar a la Santa Sede autorización para investigar; establecerán centros de escucha integrados por personas preparadas y expertas, en las que se realice un primer discernimiento de los casos de las presuntas víctimas; y trabajarán en conjunto con las congregaciones de religiosos y religiosas.
Apoyo a las víctimas
En este capítulo pretenden identificar a las víctimas de abuso sexual de menores por parte de clérigos y brindarles el apoyo humano, espiritual, psicológico y/o material que requieran conforme a los principios de proporcionalidad y necesidad.
Lo principal, informan, es el cambio de paradigma: atención primordial y privilegiada a las víctimas. Afirman que han escuchado a algunas víctimas, palpado su dolor y que les duele profundamente “el daño causado como Iglesia. Pedir perdón significa, poner a la víctima en primer lugar, escucharla, comprenderla, acompañarla y comprometernos en su proceso de sanación, promoviendo que en las diócesis se lleven a cabo los procesos de denuncia civil, ofreciendo toda la cooperación eclesial para colaborar con la autoridad ministerial”.
Por ello, los obispos y sus equipos, mantendrán el contacto con las víctimas, y tendrán muy en cuenta sus recomendaciones y atenderán el cuidado pastoral de las comunidades “heridas por los abusos”, así como itinerarios penitenciales y de atención para los culpables, su entorno, y su necesidad de rehabilitación y redención.
Promover el respeto por la ley
Se trata de promover la denuncia y la actuación con la máxima responsabilidad.
Como Iglesia, quieren hacer una constante revisión que tenga en cuenta los siguientes criterios:
- La llamada de la Iglesia a combatir el clericalismo, y a vivir en la humildad, la contrición, la oración y la penitencia.
- Los derechos de las víctimas priman sobre el derecho de los abusadores.
La CEM afirma que cuidará el clima socio eclesial de los sacerdotes, de tal manera, que no se viva en pánico, sino seguros, y puedan cumplir adecuada y plenamente su vocación.
Con relación al número de casos de abuso sexual de menores por parte de clérigos en México, con la idea de transparentar lo máximo que la ley permita a la opinión pública, han encomendado al grupo de laicos, independientes, expertos en materia penal y derechos humanos del Equipo Nacional de Protección de Menores, que revisen toda la información disponible en torno a los mismos y previo análisis jurídico de cada uno de los asuntos nos indiquen la forma más adecuada de hacerlo.
