La Fundéu indica que la expresión crisis climática es más adecuada que cambio climático para referirse a la magnitud y a las consecuencias del calentamiento global causado por la actividad humana.
Si bien en los medios de comunicación se viene empleando la denominación cambio climático para aludir al aumento de la temperatura del planeta Tierra provocado por las emisiones de gases de efecto invernadero y la dependencia de los combustibles fósiles, amplios sectores de la comunidad científica consideran que se trata de una fórmula que no describe con la suficiente precisión la gravedad de la situación actual.
En ese sentido, muchos expertos empiezan ya a emplear la expresión crisis climática, que refleja con mayor contundencia que cambio climático las consecuencias de este aumento de la temperatura global que provoca la subida del nivel del mar, el deshielo de los glaciares, fenómenos meteorológicos extremos, y que reduce la biodiversidad y conlleva riesgos para la salud de las personas.
Desde un punto de vista lingüístico, la palabra crisis, que el Diccionario académico define como ‘cambio profundo y de consecuencias importantes en un proceso o una situación, o en la manera en que estos son apreciados’ o ‘situación mala o difícil’, es plenamente válida en este contexto.
Por ello, aunque la expresión cambio climático no es censurable, cuando se quiera enfatizar la amenaza que este supone, se recomienda emplear la expresión crisis climática, como se muestra en estos ejemplos:
- La crisis climática y cómo abordar medidas eficaces.
- La crisis climática no solo es grave, es urgente.
Además, comienza a tener también uso la expresión emergencia climática («Los jóvenes piden en la calle que se declare la emergencia climática» o «Hacia la declaración de emergencia climática: qué es y para qué sirve») con la que, yendo un paso más allá, se pide el reconocimiento de que estamos ante la mayor amenaza a la que se ha enfrentado la humanidad.