Mariaca Semprún se reencarna en “Edith Piaf. Voz y delirio”

Luis de Luis[1]

 

Renunciando a todo destello de ego, a toda brizna de vanidad, a cualquier gota de orgullo, la gran diva venelozana, Mariaca Semprún, sin guardar nada para sí, hace acopio de su enorme talento y lo canaliza y vuelca en Edith Piaf, la gran leyenda de la canción, para en una increíble, mágica, transmutación traerla de vuelta a los escenarios porque, en cada función de “Voz y delirio” – créanme, no miento – «El gorrión de París” vuelve a volar y es  Mariaca Semprún quien le da su alas.

piaf-voz-y-delirio Mariaca Semprún se reencarna en “Edith Piaf. Voz y delirio”

Es una Edith Piaf vencida y, sin embargo, determinada quien recibe a los espectadores con una interpretación serena de “Les amants d´un jour” esa sabia canción sobre la eternidad de lo fugaz antes de caer desmayada y dar paso al recuento de una vida extraordinaria.

Este espectáculo rehúye los tópicos y los lugares comunes quiere mostrar a Edith y a Semprún en su totalidad y enormidad y Piaf es muchas Piafs y Mariaca son muchas Mariacas y, ante el espectador se suceden explosiones de alegría como la compasiva “Milord”, la vivaz “Bravo pour le clown” ( cada Bravo es una  toda una declaración de principios) o la enérgica “Padam padam” que exhibe una Edith / Mariaca pletórica.

Un brillante, inteligente y eficaz escenario (reveladoramente plagado de ventanas) iluminado con todos los azules del delicado clásico “Sous le ciel de Paris” acoge, también y ¡cómo no!, a un internacional ”La vie en rose” cantado en varios idiomas, a dos excepcionales plegarias – una al cielo “Mon Dieu” y otra al mundo “Heaven have mercy”  en las que Mariaca vuelca todo lo que lleva dentro y un conmovido “Hymne a la amour” entregado con solemnidad e imperio.

Valdrían cualesquiera otros momentos. Todo en esta función está diseñado como una celebración, como una fiesta que va más allá del homenaje o el recuerdo, es una ceremonia que honra la figura y la leyenda de Edith Piaf y la figura y el presente de Mariaca Semprún, espléndida y enorme en todo momento que sin frenos, ni trabas, lo da todo y no se queda nada para sí. Nada de nada. Rien de rien. 

Luis de Luis es crítico teatral

 

Ficha artística

Edith Piaf es Mariaca Semprún

Dirección: Leonardo Padrón 

Violín y Dirección Musical: David Moreira González 

Bajo: Yrvis Méndez Raymond 

Batería: Carlos Franco Vivas 

Saxo y Flauta: Daniel Rouleau / Tomás García Cádiz 

Trompeta: Frank Mayea Pedroza 

Acordeón: Alexis Balanowsky 

Piano: Carlos Pascual 

Escenografía: Alfredo Correia 

Diseño de iluminación: Ernesto Pinto 

Diseño de vestuario: Raquel Ríos 

coordinación de escenario: Valentina Sequera 

Dirección de arte: Alfredo Correia 

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