Tras los casos de muertes debidas al coronavirus de nuevo se pone encima de la mesa la importancia de la vacuna de la gripe en las personas de riesgo: ancianos, enfermos crónicos y niños, para evitar las complicaciones y en última instancia la muerte por esta enfermedad.
Según ha publicado el Centro Nacional de Epidemiología, a través del Sistema de vigilancia de la gripe en España, las cifras que resumen el impacto de la gripe y de la vacunación antigripal, son las siguientes:
En la temporada 2018-2019 la gripe habría causado:
- 490.000 casos no graves de infección respiratoria / síndrome gripal atendidos en Atención Primaria.
- 35.300 hospitalizaciones por gripe confirmada.
- 2.500 ingresos en las unidades de cuidados intensivos.
- 6.300 muertes.
Teniendo en cuenta una cobertura del 54,2·% en los mayores de 64 años en la misma temporada, la vacunación antigripal habría prevenido:
- 20 % de los casos no graves.
- 11 % de hospitalizaciones.
- 40 % de los ingresos en las unidades de cuidados intensivos.
- Y el 38 % de las muertes atribuibles a la gripe (más de 3800 muertes).
La gravedad de la gripe radica en los síntomas y cómo se manejan estos desde el comienzo de la enfermedad. Si usted nota que tiene taquicardia, dolor en el pecho, dificultad para respirar, vómitos o diarrea, fiebre alta o sensación de ahogo debe acudir a urgencias de inmediato.
En el caso de pacientes crónicos, el agravamiento de la enfermedad puede dar lugar a situaciones complicadas a la hora de estabilizar al paciente. Las descompensaciones en estos enfermos son mucho más graves que en personas que no toman medicación.
Hay que resaltar que tanto diabéticos, personas con cardiopatías, tratamientos con cáncer, enfermedades degenerativas y/o personas mayores de 80 años, son necesariamente pacientes inmunodeprimidos y en ellos, la gripe puede ser mortal.
La gripe como tal se confunde en muchas ocasiones con un resfriado, también llamado catarro o constipado y no es lo mismo. En niños pequeños es bastante frecuente que entre l 10 y el 40 % de estos contraigan episodios epidémicos de gripe estacional cada año y no hay que alarmarse.
El tratamiento inicial de la gripe es sintomático; es decir, no tiene que tomar ningún medicamento ya que en aproximadamente diez días, remite espontáneamente. Se pueden prescribir antivirales, antipiréticos, broncodilatadores y otras medicinas si el paciente lo requiere pero la enfermedad no se cura por tomar estos, solamente se alivian los síntomas.
En niños con enfermedades crónicas, bebés con cardiopatías, enfermedades metabólicas, inmunodepresión, parálisis cerebral, o niños con poco peso, pueden agudizarse estos y hay que estar vigilando su fiebre y malestar en los cinco primeros días para evitar que empeoren en algún caso.
Descansar, beber agua, tomar alimentos líquidos y controlar la fiebre es la primera medida a seguir. Si cualquiera de estos síntomas se agrava o si el paciente está o es delicado, debe ser hospitalizado para evitar consecuencias inesperadas. La llamada, simple gripe no es tanto