Prediabetes: la silenciosa enfermedad por la obesidad

De un tiempo a esta parte, se están diagnosticando casos de prediabetes en sujetos que no pueden adelgazar porque tienen cierta resistencia a la insulina, y sufren un cuadro similar a la diabetes (sin tenerla). A estos pacientes, que en poco tiempo (sí la tendrán de seguir con su modus vivendi), se les medica ex profeso para la llamada prediabetes o resistencia a la insulina.

La alimentación actual, el exceso de calorías y, sobre todo, la vida sedentaria, procuran pacientes obesos o con cierta tendencia a la obesidad, que sin ser mórbida, no adelgazan ni poniéndose a dieta.

El aumento de patologías debidas al exceso de peso lleva a muchos de ellos a una vida no elegida (porque su deseo es perder kilos) y, por ello, a otras enfermedades y patologías asociadas: desde la mala circulación de sangre, hasta el estancamiento de la grasa en las piernas y abdomen que dificultan (y mucho) la vida cotidiana, pasando por otras enfermedades más graves que de no cuidarse, serán de por vida, como la diabetes mellitus.

La falta de tiempo, el transporte y, sobre todo, el consumo de comida rápida y calórica, hace que el aporte de energía sea mucho mayor que el consumo de la misma.

Estos pacientes, que en un control en atención primaria ya han comprobado en una analítica que tienen resistencia a la insulina,  acaban teniendo un cuadro de prediabetes si no son tratados y, sobre todo, si no cambian su modus vivendi.

La resistencia a la insulina podría definirse como la disminución de la capacidad de esta hormona para ejercer sus funciones en los tejidos diana típicos, tales como el músculo esquelético, el hígado o el tejido adiposo. Los términos síndrome metabólico (SM) y resistencia a la insulina no deben confundirse. El SM es una patología asociada a la resistencia a la insulina y ésta constituye un factor de riesgo de enfermedad cardiovascular.

Dentro del síndrome metabólico, el paciente puede tener, de forma simultánea, varias alteraciones sin conexión aparente, que pasan por padecer desde una enfermedad cardiovascular hasta diabetes tipo 2 en los casos más graves. Este síndrome hace que el paciente tenga un abdomen distendido, elevada presión arterial, hígado graso y alteraciones lipídicas, descenso del colesterol HDL, dislipemia, y glucemia alta en ayunas, entre otras cuestiones.

Desde el punto de vista clínico, esto no es una enfermedad si no tiene repercusión, dado que muchos pacientes acusan estos síntomas pero no padecen nada específico, si bien su propósito de adelgazar se convierte en un imposible. La sospecha de resistencia a la insulina, mediante la obtención de los valores de HOMA-IR, sumado a otros estudios que pueda pedirle su médico de cabecera o el endocrinólogo, favorecerán la recuperación del peso normal y evitarán una diabetes futura.

Las principales complicaciones realmente radican en las enfermedades cardiovasculares, además del cáncer colorrectal y de próstata asociado, (en los varones) y de mama (en las mujeres). La evidencia del síndrome metabólico y el cáncer se centra en la obesidad y la resistencia a la insulina, principalmente. Esta es una hormona anabólica que estimula la proliferación celular y que ejerce su efecto sobre la proliferación de células de cáncer a través de la estimulación de la IGF-1.

La prevención, como en casi todas las cuestiones relativas a la enfermedad, es la solución, una vez que se haya comprobado alguno de los factores que hemos explicado, si bien nunca hay que esperar a que tengamos un cuadro complejo derivado de la prediabetes; una enfermedad que se va gestando sin que se note que se tiene una importante dolencia.

Una vez que debutamos con diabetes, (cuya enfermedad metabólica es realmente incapacitante), no hablamos solo de pincharnos, sino de la alteración en el metabolismo de la glucosa debido a la reducción y a la resistencia a la insulina; (esa pista que en los primeros análisis nos alertó nuestro cuerpo) derivará, de no tratarse, en enfermedades renales, insuficiencia renal y/o pancreática, y empeorará la calidad de vida para siempre. Algo que necesariamente hoy se puede evitar.

 

Ana De Luis Otero
PhD, Doctora C.C. Información - Periodista - Editora Adjunta de Periodistas en Español - Directora Prensa Social- Máster en Dirección Comercial y Marketing - Exdirectora del diario Qué Dicen - Divulgadora Científica - Profesora Universitaria C.C. de la Información - Fotógrafo - Comprometida con la Discapacidad y la Dependencia. Secretaria General del Consejo Español para la Discapacidad y Dependencia CEDDD.org Presidenta y Fundadora de D.O.C.E. (Discapacitados Otros Ciegos de España) (Baja Visión y enfermedades congénitas que causan Ceguera Legal) asociaciondoce.com - Miembro Consejo Asesor de la Fundación Juan José López-Ibor -fundacionlopezibor.es/quienes-somos/consejo-asesor - Miembro del Comité Asesor de Ética Asistencial Eulen Servicios Sociosanitarios - sociosanitarios.eulen.com/quienes-somos/comite-etica-asistencial - Miembro de The International Media Conferences on Human Rights (United Nations, Switzerland) - Libros: Coautora del libro El Cerebro Religioso junto a la Profesora María Inés López-Ibor. Editorial El País Colección Neurociencia y Psicología https://colecciones.elpais.com/literatura/62-neurociencia-psicologia.html / Autora del Libro Fotografía Social.- Editorial Anaya / Consultora de Comunicación Médica. www.consultoriadecomunicacion.com Actualmente escribo La makila de avellano (poemario) y una novela titulada La Sopa Boba. Contacto Periodistas en Español: [email protected]

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